vacuna
Vacunación a niños (Foto Referencial)

La preocupación esta latente. El virus de la poliomielitis esta circulando en el mundo y Venezuela está en desventaja al no contar con las vacunas suficientes para proteger a su población. Desde instituciones como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) las alarmas están encendidas, y es por eso que, a través de su Fondo Rotatorio, enviaron al país 1,5 millones de dosis bivalente oral de polio (bOPV) en junio y, un mes después, donaron 2,9 millones más par aun total de 4,4 millones.

Pero eso no es suficiente ante la inexistencia de un fondo de reserva nacional para el suministro de vacunas, tal como lo informo la pediatra infectólogo Preziosa Falese, durante su participación en El Carabobeño en vivo, “todo lo que está llegando es por donaciones por la misma crisis económica interna del país”.

Se trata de una situación que el también pediatra Roque Aouad cuestionó severamente. “Yo no entiendo lo que pasa. Uno ve carros y alimentos importados, entonces nos preguntamos si la salud es el único problema… Es por eso que la política no se debe relacionar con la salud, solo debe actuar con las políticas presupuestarias necesarias para que se cumplan planes”.

De acuerdo con sus cálculos, son más de cinco millones de niños que están en desventaja contra la polio, y se requieren 16 millones de vacunas para cumplir con las tres dosis, “nos faltan tres cuartas partes para generar cobertura”.

Un problema de vieja data

El esquema pautado es claro. La doctora Falase detalló que se deben aplicar las primeras tres dosis de vacunas en niños a los, dos, cuatro y seis meses de haber nacido. Mientras que los refuerzos están indicados a los 18 meses y, luego, a los cinco años.

Esto está definido de esta manera porque la polio ataca de manera severa a menores de cinco años. En Venezuela, en el sistema público se administra la primera dosis intramuscular y las siguientes son orales, pero la pauta internacional es que sean todas intramusculares. Además, solo garantizan las dos primeras vacunas.

La baja cobertura vacunal que preocupa en el país no es una novedad. Antes de la pandemia ya se estaba lejos del 95% ideal, mientras que con la tercera dosis se estaba en alrededor de 62%, según datos extraoficiales de los infectólogos ante la ausencia de la publicación del boletín epidemiológico.

Con la llegada de la COVID-19, el mundo entero se vio afectado en cuanto a vacunación. La UNICEF revelo que, en 2021, 25 millones de niños dejaron de recibir sus vacunaciones rutinarias.

Pero las condiciones de Venezuela son mucho mas adversas, porque hay que incluir en los esquemas a todos aquellos infantes que desde 2020 no cumplieron con su vacuna, lo cual hace que se requieran más dosis.

En el sistema privado se cuenta con la opción de la hexavalente, que protege, no solo contra la poliomielitis, sino contra otras enfermedades como tetanos, difteria, tosferina, haemophilus influenzae tipo B y hepatitis B, lo cual representa una alternativa muy positiva respecto a su relación costo beneficio. Depende del proveedor se ofrece entre 50 y 70 dólares.

Niños expuestos a diferentes enfermedades

Durante la transmisión de El Carabobeño en vivo, ambos especialistas señalaron los riesgos a los que está expuesta la población pediátrica en Venezuela por falta de vacunas.

Aouad recordó que la “impelable” era la BCG, que es la que protege contra la tuberculosis y que se administra en recién nacidos y que ahora esta escasa, “y hay restricciones, limitaciones para ponerla”.

El riesgo es muy grande porque la tuberculosis esta de vuelta, “ya hay hospitales con unidades para atender a pacientes con esta patología”. Y, aunque la vacuna de la BCG no protege al 100% de la enfermedad, sí evita infecciones de meninges que es la mayor complicación de la patología.

“En 50 % de los casos los recién nacidos no reciben antes de las primeras 12 o 24 horas, la vacuna de la hepatitis B, eso indica la problemática severa que existe en volumen de vacunas… la tercera dosis de la trivalente bacteriana, es un marcador social de equidad o iniquidad social, los países que tienen cobertura por debajo de 85% con esta tercera indican que su sistema de salud es precario y primitivo”. Lo mismo ocurre con la segunda dosis de rubeola, parotiditis y sarampión, que es otro indicador sanitario en edad preescolar y escolar.

El doctor Aouad dijo que, de acuerdo con su experiencia, los padres hacen todo lo posible por vacunar a sus hijos. Van en transporte publico una, dos y hasta tres veces, pero no consiguen las dosis.

Respecto a las campañas de vacunación, Falase aseguro que no son efectivas porque no se organizan para llegar a toda la población. “En estas campañas se vacuna de manera intermitente y no es lo ideal, el deber ser es que se garanticen en el tiempo que corresponden a cada grupo etario, no esperar campañas de vacunación porque, probablemente, se implementan cuando ya hay brote y riesgo de epidemias”.




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