Foto Carolina González

Algunas zonas de la ciudad amanecieron colapsadas. Otras, en completa calma debido a la restricción del tránsito. Valencia se cierra cada vez más y sus habitantes están sometidos al estrés de las colas, la alarmante escasez de gasolina y a una vida que se complica cada día más frente a lo que hace algunos años era habitual, y por tanto imperceptible: servicios básicos que funcionaban.

En un recorrido por distintas zonas se constató que uno de los mayores problemas que se confrontan actualmente es la escasez de combustible. Médicos, transportistas de medicinas o enfermeros intentaban, en vano, abastecerse de una gasolina que, literalmente, brilla por su ausencia. En honor a la verdad, se despacha a cuenta gotas. Antes eran 30 litros, hoy no más de 25 litros por vehículo.

Foto Carolina González

«Está bien, entonces no trabajo, me voy a mi casa, apago el teléfono y no atiendo pacientes», le decía una doctora a un policía que le impedía el paso. La respuesta que recibió no fue mejor: Váyase doctora, desestrésese, aquí no hay nada que hacer».

El conductor de un camión que debía trasladar medicinas a Puerto Cabello estaba en la misma situación. Tenía que llevar los medicamentos a Puerto Cabello, pero no lograba surtir de combustible la camioneta en la que los cargaba.

El problema con la doctora es que ella estaba intentando surtir en la estación de servicio Paramacay, reservada por decisión de la Zona de Defensa Integral (ZODI) al personal de la gobernación, alcaldías y Fuerzas Armadas.

Foto Carolina González

Según el documento, al sector salud le corresponde abastecerse en la estación de servicio de Guaparo. Allí estaba el conductor del transporte de medicamentos. Llegó procedente de Paramacay, donde le dijeron que le correspondía en esa zona. Pero de allí lo devolvieron a Paracamay.

En ambas estaciones las colas se iniciaron durante la madrugada de este viernes.

Foto Carolina González

Discusiones por gasolina a la orden del día

Temprano en la mañana, los conductores que intentaron cargar combustible en la estación de servicio El Chaparral se molestaron. Muchos amanecieron allí, otros llegaron muy temprano. Pero a principio de la mañana les dijeron que no habría despacho.

En la estación de servicio Paramacay, en horas de la tarde, hubo un impasse. Personas que alegaban tener tres días haciendo cola para surtir decidieron poner sus carros al inicio de la cola. El malestar fue inmediato, los militares debieron intervenir. Por fortuna no pasó a mayores y hubo acuerdos. Se surtiría a los primeros 40 de la cola, que a las 3:00 de la tarde seguía dando la vuelta a la manzana. El resto tendría que esperar, porque se debía hacer una medición para ver cuánto combustible quedaba en la estación de servicio. Otra propuesta fue la de no cargar 30 litros, sino 20, para lograr que más cantidad de vehículos recibieran el carburante.

Foto cortesía Tony Lugo

Indignados tomaron la carretera a las 8:30 de la mañana. La vía hacia Campo de Carabobo fue cerrada en protesta por la decisión de dejarles los tanques vacíos. Aunque el tránsito por la vía es mínimo, siempre hubo perjuicios. La protesta se disolvió una hora después. La estación no despachó

Las colas por el agua

Las colas en estas estaciones son la nota más discordante en una ciudad arropada por una cuarentena social que hoy cumple 10 días.

Pero no son las únicas. Las colas para abastecerse de agua en aguas Drácula se mantienen durante el día. Por supuesto, más cortas, pero igualmente molestas. A pleno sol, los ciudadanos esperan el despacho de esos dos botellones, gratis si se lleva la tapa, que les suministran por orden ejecutiva, desde el lunes.

Expendio de Aguas Drácula en Naguanagua registró alta demanda
Las colas son permanentes. Foto cortesía

La mala calidad del agua que suministra Hidrocentro desde hace al menos 8 años obliga a buscar la alternativa del líquido en botellones, grandes o pequeños, que sirvan para albergarlos. Hoy, en Carabobo, los filtros son inservibles. Nada puede con la cantidad de materia orgánica y de cloro que llega por las tuberías.

En los supermercados de comerciantes asiáticos y en carnicerías de Naguanagua también se observan colas. «¿Cómo hago si tengo que comer. Me pongo mi tapaboca y salgo a la calle», dijo Marina Aular a las afueras de un establecimiento en el aspiraba comprar algún paquete de harina o pasta, sin la especulación que se ha apoderado de los precios en los últimos tiempos.

Cerrados los distribuidores

Quienes tenían la necesidad de viajar de una parroquia a otra por la Autopista del Este se encontraban con otra dramática realidad. Estaban cerrados.

Así, salir desde El Trigal hacia la Redoma de Guaparo se convertía en una odisea. En tiempos de escasez de gasolina, los «vueltones» que hay que dar para sortear el cierre de vías no ayudan.

El Trigal Foto cortesía

«Tengo un cuarto de tanque y no puedo cargar combustible, porque no pertenezco a ningún sector priorizado. Tengo que ir a comprar una medicina que solo la tienen en una farmacia en Valencia, lo averigué por teléfono, y ahora me cuesta llegar porque todo está cerrado», se quejó José Mendoza, quien ya había tenido que retornar desde El Trigal y tuvo que dar una enorme vuelta por la Redoma de Guaparo, también cerrada. Lo encontramos frente al colegio de Médicos.

También en el acceso a la autopista, frente al Fórum, funcionarios policiales impedían el paso a quienes no pertenecieran a los sectores priorizados. Más de uno no pudo pasar.

Foto cortesía Tony Lugo

La autopista Valencia Puerto Cabello también está cerrada. Solo hay acceso para quienes tienen en su carnet laboral un salvoconducto.

Foto cortesía Tony Lugo

La intercomunal Julio Centeno no fue la excepción. A la entrada, frente al conjunto residencial El Tulipán, otro piquete policial impedía el desplazamiento. A lo largo de la vía había presencia de cuerpos de seguridad.

Despliegue policial en San Diego garantiza cumplimiento de la cuarentena
San Diego / Foto: Cortesía

Desde Tocuyito hacia Valencia la situación era la misma. Viajar desde la autopista sur a la del Este implicaba varias paradas.

 




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