Los valencianos exigieron a las autoridades la recolección total de basura acumulada en la avenida Paseo Cabriales, entre las calles Girardot y Comercio del centro de la ciudad.
Desde hace diez años Feliciano Useche habita en una casita vecina a la montaña de desperdicios. No puede impedir que el olor putrefacto penetre en su hogar aunque cierre las ventanas y la puerta, pero cada vez que intenta reclamar la situación sólo recibe amenazas.
El terreno donde habita Useche antes funcionaba como un terminal de autobuses. Para entonces el lugar era ruidoso durante el día, pero al menos permanecía limpio. “Este desorden aquí no existía, pero cuando se fueron las camionetas se convirtió en un basurero”.
In fraganti
En varias noches Feliciano ha presenciado el momento en que algunas personas botan bolsas negras y sus muebles viejos. Lleno de indignación decide afrontarlos a cambio de insultos. “Me dicen que ese no es problema mío, que me calle la boca porque el terreno es de la alcaldía”.
Useche se entregó a la resignación cuando vio sorprendido cómo un camión de basura de otro municipio contribuía a que creciera la montaña de desperdicios. “La gente del aseo de otras partes viene para acá y, en vez de ayudar, empeora la situación. Les pregunté por qué lo hacían sí esto no es un vertedero y me dijeron que para acortar camino”.
Labor incompleta
Luis Ramos trabaja haciendo mudanzas cerca del basurero de Paseo Cabriales y asegura que recientemente un camión de aseo de la Alcaldía de Valencia se llevó una parte de los residuos. “Eso tiene tiempo. Antes no se podía ni pasar por allí, vinieron un día y recogieron algo pero no regresaron para terminar”.
Héctor Pérez, compañero de Ramos, destacó que en el terreno también hay escombros y animales muertos y cree que el principal llamado de consciencia debe hacerse a los vecinos. “De nada sirve que limpien para que lo vuelvan a llenar de basura”.
Alcantarilla colapsa con lluvias
Los días lluviosos Luis Medina, comerciante del sector, no puede trabajar porque la calle entera se inunda como consecuencia del basurero improvisado y la falta de mantenimiento de los desagües. “Cuando llueve los desechos solido corren hasta la alcantarilla y esto se colapsa”.
Ni Medina ni sus vecinos han denunciado la situación porque han perdido por completo la fe en las autoridades. “Para qué vamos a ir si ya nadie cree en ningún ente. Aquí vienen a limpiar sólo en campaña, pero no hay constancia ni eficacia”.
