Aguas empozadas por interminables huecos en la avenida Michelena de Valencia afectan el paso vehicular y peatonal del sector, por lo que los vecinos exigen el arreglo inmediato.
Agapito Seider, habitante del sector, perdió la cuenta de las veces que ha denunciado el deterioro de la calle. Vive en la comunidad desde hace 15 años y en los últimos meses ha presenciado el incremento de los huecos. No le sorprende ver a los carros navegar sobre la laguna que se ha formado desde el inicio de la temporada de lluvia.
“Cada vez que llueve esto se pone peor”.
El estancamiento de aguas pluviales no era tan frecuente. En el tramo de la afectación más importante una empresa de servicios vacum era la que se encargaba de destapar la alcantarilla de desagüe, «pero ahora esa canal se tapa todo el tiempo y ellos la arreglaban, pero se vuelve a tapar».
Con la calle repleta de huecos y el agua empozada los habitantes temen por su salud y los comerciantes se quejan de las bajas ventas. “Ya estábamos mal y ahora la gente no se quiere meter por acá por el peligro de los huecos”, dijo Luis Fagundez, empleado de una cauchera.
Fredy Mora es otro vecino preocupado por la laguna. Aseguró que una montaña de tierra es la causante de la obstrucción. “Antes el agua corría por ese callejón, pero desde que pusieron la tierra allí se empoza el agua”.
Huecos y penumbra atraen al hampa
Mora explicó que la causa de que existan tantos huecos en la avenida Michelena es que la calle fue rota para incorporar una tubería. “Le echaron asfalto pero quedó toda una zanja de puros huecos”.
Manuel Castillo, comerciante del sector, aseveró que la semana pasada cuadrillas de la alcaldía iniciaron reparaciones en los huecos más afectados, pero tuvieron que parar la obra por la lluvia.
Para Mora no son más que excusas. Le indigna ver que los problemas en su zona se van acumulando sin que ninguna autoridad busque solucionarlos: «no comprende cómo los postes de la avenida no funcionan teniendo la sede de Corpoelec en la misma calle». Esto es extraño. Ellos saben que los bombillos no alumbran, porque pasan de noche por aquí, pero nadie hace nada”.
Seider considera que cualquiera que transite por la avenida Michelena de Valencia en la oscuridad de la noche, está en riesgo. Le preocupa que pueda pasarle algo a su familia, porque una calle en penumbras y llena de huecos se presta para que los delincuentes hagan de las suyas. “¿Hasta cuándo vamos a seguir así? Queremos que vengan y reparen esto ya”.