El presunto autor del crimen es un vecino que trabaja como payaso animando fiestas infantiles. (Cortesía)

Enardecidos por el abominable crimen cometido por el animador de fiestas infantiles, Rigoberto Enrique León (36), en perjuicio de una adolescente de 14 años, los vecinos del sector El Cardón, en Carapita, Antímano, desvalijaron su casa y luego la derribaron con mandarria y martillo hasta convertirla en escombros.

Un vocero de los vecinos manifestó que nadie pudo evitarlo. Grupos en desbandada ingresaron a la casa de León, la saquearon, apoderándose de electrodomésticos, comida, utensilios, muebles y demás enseres, y una vez desocupada, la demolieron.

Los artefactos se les dieron a quien los necesitara, dijo un vecino.
El cadáver de la liceísta Danyerling Josefina Heredia Salave (14) fue localizado el pasado domingo, en un basurero, envuelta en un saco. Como principal sospechoso el Cicpc y la GNB buscan al animador de eventos, luego de inspeccionar su vivienda, donde había rastros de sangre y otras evidencias que corroboran que fue el escenario del crimen. El mismo viernes el individuo huyó en su moto y no han vuelto a verlo.

Sin embargo sospechan que cuenta con un cómplice en el barrio porque alguien está retirando los afiches que la comunidad ha colocado en las paredes para tratar de ubicarlo. Igualmente, el hombre cambió su perfil en facebook, sustituyendo sus fotografías.

Según los testigos, León metió por la fuerza a la adolescente cuando pasaba frente a su casa, y le subió el volumen a su equipo de sonido. Horas más tarde sacó el cadáver y lo arrojó en el basurero, donde fue localizado por sus familiares el domingo en la noche.

Dexson Manuel Aguilera relató que el hombre tenía tiempo acosando a su hermana, por lo que la muchacha se lo contó a su madre, y cuando la señora le llamó la atención a León el hombre se limitó a sonreír.

No lo denunciaron ante ninguna autoridad policial porque no imaginaron que el individuo llegara a tales extremos. Era del barrio, conocido por todos y, como animaba fiestas infantiles, disfrazado de payaso, lo creían una buena persona.




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