La decisión del presidente Maduro de reestructurar la deuda pública de su país porque actualmente Venezuela ya no tiene el menor crédito en el mundo financiero, emitiendo unos títulos obligacionarios como garantía de los préstamos que está tratando de solicitar e hipotecando a su país y a Petróleos de Venezuela más allá de lo aceptable,  ha desencadenado un auténtico terremoto monetario en el mundo de la bolsa y de las finanzas, de acuerdo  a la autorizada opinión del Dr. Mario Draghi, presidente ejecutivo de la Banca Central Europea.

Se habla de un préstamo de cientocincuenta millardos de dólares(!), exactamente el doble de la deuda contraída hace algunos años por la Argentina de Kirchner cuando, violando descaradamente los compromisos adquiridos con el mundo económico y monetario, llevó a su país al “default”, o sea a la quiebra más completa. En realidad, cuando un gobierno tiene escasez de dinero para cumplir con sus compromisos, y en esa Venezuela chavista donde nada funciona, donde hay que importar más del 94% de lo que se consume y con una inflación superior al  1000%, la necesidad de liquidez no tiene límite,  por lo visto es normal emitir unos títulos obligacionarios indicando por supuesto la fecha en la cual se compromete a devolver esa plata, el interés que va a devengar y el precio unitario de esa misma obligación.

El problema es que el gobierno de Venezuela está literalmente con el agua al cuello y, con tal que le presten dinero,  se ha arrastrado proponiendo condiciones super autolesivas y así ha emitido unas obligaciones cuyo costo de adquisición es de 400 dólares c/una pero cuyo precio nominal es de 1000 dólares.

En otras palabras, uno compra las obligaciones emitidas por el gobierno de Venezuela, las paga 400 $ cada una y al vencimiento (en este caso concreto el 23 de agosto de  2022 o sea aproximadamente despues de cinco años),  les vienen reembolsados no los 400 que había pagado sino 1000 dólares que es el valor nominal. Hay más, ese  prestamista, usurero a juro, recibirá tambien durante todo este tiempo un interés  al taso de 13,65% pero aquí tambien no sobre los 400 $ realmente prestados sino sobre los fantasmagóricos 1000…irreales. Quiero aclarar que estos datos no son invención mia sino que son la propuesta concreta efectuada  por Venezuela a través de los bancos europeos!

Yo creo que no hay que ser particularmente duchos para tomar conciencia de que lo que está ofreciendo el gobierno de Venezuela es algo sencillamente inaudito, probablemente jamás visto en el mercado  bancario mundial porqué sobre un préstamo efectivo de 400 $, percibe en cinco años como intereses algo más de 1200 dólares!  Claro está que la impelente e inaplazable necesidad de conseguir dinero a como dé lugar para seguir comprando el consenso del pueblo ha puesto a esa gente con la soga al cuello obligándola a hipotecar a Venezuela entera. ¿Quién paga todo eso? Yo creo entonces que tiene razón el Presidente de la Banca Central europea, Dr. Mario Draghi, cuando advierte que esa maniobra del gobierno de Venezuela, no solamente puede llevar a ese país a una quiebra sino provocar una auténtico terremoto en el mundo  financiero .

Desde Italia 




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