Cuando hoy se conmemora el Día Mundial del Paludismo, a escala global su incidencia y tasas de mortalidad se han reducido en un 42%. Pero, en Venezuela se ha incrementado 15 veces más de hace cuatro años: Mientras en 2012 hubo 10 fallecimientos por esta epidemia, al cierre del 2016, la malaria cobró la vida, al menos, de 150 personas.

«Y podrían ser más víctimas mortales, porque hay un amplio subregistro de casos. El Informe Mundial de la Malaria de 2016 estima valores que están por encima de los que manejamos en el país. Ese documento habla de 220 fallecidos en Venezuela», advierte el ex ministro de Sanidad, José Félix Oletta.

El crecimiento de la epidemia se ha descontrolado. El año pasado el aumento de infectados fue de 76%. Los 240.631 casos de malaria se convierten en un número rojo que hace olvidar los tiempos en los que el país, después de Estados Unidos y Rusia, fue el tercero en erradicar la enfermedad.

Para este año, las proyecciones no son nada alentadoras. Según las estimaciones de la Red de Médicos “Defendamos la  Epidemiología”, los contagios aumentarán entre 510.000 y 550.000 casos. Y si esa proyección se mantiene, podríamos ver entre 320 y 350 muertes. “Y esa situación puede ser peor si la malaria se sigue diseminando en el resto del país. El problema puede ser muy grande porque no hay capacidad de diagnóstico», indicó Oletta.

En este momento, 16 entidades federales están en epidemia o alarma por el paludismo. Bolívar es el que más casos aporta. Amazonas, Delta Amacuro, Monagas, Apure, Guárico, Anzoátegui, Barinas y Miranda también tienen focos activos de la enfermedad. 16% de la población está expuesta a la malaria.

La preocupación de Oletta por la imposibilidad de un diagnóstico precoz la comparten en el Instituto de Altos Estudios Arnaldo Gabaldón, especializado en tratamiento de malaria. El malariólogo de esa institución, Ángel Castillo, en declaraciones a El Nacional, informó que visitó Monagas el año pasado luego de que la entidad quedó desguarnecida de una organización antimalárica. «No tenían ni siquiera cómo diagnosticar.

En plena epidemia no tenían ni un microscopista. Aunque los estados Sucre y Guárico los ayudaban, no se daban abasto», cuenta. Castillo fue el intermediario entre el instituto, las autoridades de salud de Monagas y la Dirección de Salud Ambiental. «Meses después se hizo un curso para formar a microscopistas, médicos y bioanalistas en malaria. Lo terrible es que a veces los mismos profesionales no piensan en paludismo al ver los síntomas de los enfermos, los ruletean e incluso ocurren muertes». Opina que aunque el caso recibió una solución parcial, es necesario formar a médicos de todas las entidades para prevenir el avance de la enfermedad.

Tanto Oletta como Castillo advierten del riesgo de que no haya suficientes medicamentos para tratar a los enfermos, ni suficientes acciones para eliminar los mosquitos Anopheles que transmiten la enfermedad. «Si curas a una persona, eliminas el parásito y la persona vuelve al área de contagio, es posible que vuelva a ser picada por un mosquito infectado. Si no la curas bien, esa misma persona puede funcionar como reservorio de la patología. Solo tratar a los enfermos es un despilfarro. Hay que unirlo a medidas de erradicación del mosquito, uso del mosquitero y telas metálicas rociadas con repelente, y educación», dijo Castillo.

Acabemos con el paludismo

Este año, el lema “Acabemos con el paludismo para siempre” refleja la visión de un mundo sin paludismo establecida en la Estrategia técnica mundial contra la malaria 2016-2030.

Esta fecha, fue instituida por los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la Asamblea de la Salud de 2007. Y según el Informe mundial sobre el paludismo 2015 de la OMS, desde el año 2000 ha habido una significante reducción de los casos mundiales y de las muertes por esta causa. Los avances han sido posibles gracias a la expansión masiva de instrumentos para la prevención, así como tratamientos de la enfermedad, uso de mosquiteros tratados con insecticidas, pruebas diagnósticas y medicamentos antipalúdicos.

En Latinoamérica

La malaria podría ser erradicada en ocho países latinoamericanos para 2020, según un informe de la OMS publicado este lunes.

Uno de los objetivos del plan de lucha 2016-2030 de la OMS contra el paludismo, también conocido como malaria, es lograr erradicar esta enfermedad en al menos 10 países del mundo de aquí a 2020.

“La OMS estima que 21 países podrían alcanzar este objetivo”, entre ellos ocho latinoamericanos, según un comunicado de la OMS.

Vacuna contra la malaria

En julio de 2014 la OMS anunció que estaba lista la vacuna contra la malaria, la cual podría administrarse este 2017, para su uso exclusivo en niños de entre 6 y 17 semanas, según la Agencia Europea de Medicinas (EMA, por su sigla en inglés). Previo a esta implementación, la EMA dio a entender que los expertos deberán analizar también “otros temas de salud pública”. La organización tendrá una reunión el próximo octubre para discutir los informes al respecto y se anunciarán las conclusiones en noviembre próximo. (www.telesurtv.net)

 

La explosión de la epidemia de malaria que se ha registrado en el último lustro en Venezuela no solo ha dejado los números más altos de la historia en casos notificados, sino que también se ha traducido en mayor cantidad de muertes. La Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología revelaron datos que el Ministerio de Salud se ha empeñado en ocultar desde noviembre de 2014 cuando suspendió la publicación del Boletín Epidemiológico Semanal

 




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