El estoicismo es una ideología que se remonta al 300  A.C. y que nos enseña a soportar con impasibilidad, yo diría hasta con paciente y humilde resignación todos los males  que vivimos y que no dependen de nuestra voluntad, aceptándolos con paciente renunciación. Hay más, el verdadero estoico poco a poco se pone insensibile, casi imperturbable e impasible frente a esa serie de calamidades que le toca soportar sin protestar nunca, sin reclamar, con sumisa mansedumbre , con un tolerante aguante que, en muchos casos se parece a una triste y subyugante  conformidad…como está sucediendo en nuestra Venezuela.

casi imperturbable e impasible frente a esa serie de calamidades que le toca soportar sin protestar nunca

Y así que se  va la luz…hay que tener paciencia, que no hay agua, nos bañaremos mañana, que en el supermercado no hay harina, no hay azúcar, no hay aceite, no hay tantos artículos de primera necesidad…como se hace, que estamos enfermos y no conseguimos medicinas…hay que esperar, que tenemos el carro accidentado y no se consiguen los repuestos…hay que ir a pié, que no se puede salir a la calle porque nos atracan y nos matan…pues hay que quedarse en casa, que lo que ayer costaba diez, hoy cuesta quince, mañana costará veinte y por allí andamos…es una dolorosa ley de mercado impuesta por un gobierno que no se preocupa o…no sabe como preocuparse de los problemas de su gente,  que si necesitamos unos dólares para viajar o para alguna emergencia impelente…por supuesto no hay más remedio que comprarlos a mercado negro y pagarlos a precios prohibitivos… y por alli nos vamos!   Ahora bien, frente a ese cuadro que llamarlo dramático es reductivo, la reflexión que sale natural es la siguiente. En cualquier país del mundo donde suceda algo parecido, se produciría una reacción general, una protesta masiva, una cacerolada permanente hasta tanto tomen remedio o renuncien…menos que en Venezuela!l   Aquí parece que todo esta bien de manera de que lo que está sucediendo es normal y la única preocupación de esos señores y de las instituciones que ellos mismos rigen, no es resolver esos problemas sino buscar a quien echarle la culpa. Y así, gracias al estoicismo de un pueblo resignado y tristemente sin esperanzas, seguimos hundidos en ese tremedal de corrupción y de abusos de tanta gente irresponsable e incapaz.

 

 




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