Venezuela y Estados Unidos, ¿un nuevo comienzo?

El exembajador de Venezuela Óscar Hernández Bernalette señaló dos escenarios tras la toma de posesión de Trump: una reanudación de la política de máxima presión o una estrategia más pragmática enfocada en los ámbitos económico y comercial.

Venezuela y Estados Unidos, ¿un nuevo comienzo?
Una mujer camina frente a un mural con un dibujo alusivo a Estados Unidos en Caracas Foto EFE

Venezuela y Estados Unidos cumplirán seis años sin relaciones diplomáticas el próximo enero, cuando los protagonistas de la crisis bilateral de 2019, Nicolás Maduro y Donald Trump, tienen previsto jurar como presidentes, sin certeza de que el republicano reconozca al chavista tras su cuestionada reelección en julio.

Tras la victoria de Trump, el mandatario venezolano expresó que, aunque no les fue bien en el primer Gobierno del empresario estadounidense (2017-2021) -quien no lo reconocía entonces-, espera que este sea un nuevo comienzo para que ambos países apuesten a una relación ganar-ganar.

El exembajador Óscar Hernández Bernalette, excónsul de Venezuela en San Francisco y Portland, dijo a EFE que será clave lo que Trump decida respecto a si dar continuidad, o no, al rechazo de la Administración del demócrata Joe Biden al proclamado triunfo de Maduro, señalado como fraudulento por la oposición mayoritaria.

Hay muchas expectativas al respecto, según el diplomático, quien señaló que estas se centran, básicamente, en dos escenarios: una reanudación de la política de máxima presión o una estrategia más pragmática enfocada en los ámbitos económico y comercial.

A su juicio, el republicano es impredecible, por lo que es difícil saber si corresponderá a las declaraciones de Maduro, quien también expresó su disposición a establecer "relaciones positivas" con el país norteamericano.

Venezuela y Estados Unidos, ¿un nuevo comienzo?
El exembajador Óscar Hernández Bernalette. Foto EFE

 

De mal en peor

Caracas y Washington están hoy en su peor momento, tanto en el ámbito político como económico, según Hernández Bernalette, para quien el gran perjudicado es el ciudadano, sobre todo, al haber en el país norteamericano -indicó- unos 600.000 venezolanos, lo que obliga a hacer mayores esfuerzos por garantizar una relación estable.

Señaló que, en los años 80, cuando fue cónsul en EE.UU., el país caribeño tenía 13 consulados en esa nación, donde había entonces unos 10.000 venezolanos, en su mayoría estudiantes. En la actualidad, cuando los que quedan permanecen cerrados, considera que debería haber, al menos 40, en vista de la población migrante.

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"Eso demuestra la necesidad de mantener una relación que sea cónsona, productiva y respetuosa, porque estás tratando con un país que, además, es un gran receptor de tus nacionales", expresó.

En su opinión, el deterioro en los vínculos tiene su origen en la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia, en 1999, con señales de querer tener un distanciamiento por motivos ideológicos, una postura antiimperialista que continuó su sucesor, quien ha acusado a EE.UU. de ataques contra el sistema eléctrico y de estar implicado en supuestos planes de golpe de Estado y de magnicidio en su contra.

En 2019, con Trump en la Casa Blanca, Washington asestó el golpe contra el corazón de la economía venezolana: el petróleo, su principal fuente de ingresos, lo que, según expertos, agravó la crisis que el país ya registraba a causa de cuestionadas decisiones económicas y una corrupción reconocida por el propio chavismo, entre otros factores.

 

"Amienemigos"

Incluso sin relaciones, ambos países no han dejado de comunicarse y, durante la Administración Biden, hubo varios acercamientos que resultaron, por ejemplo, en un alivio del férreo esquema de sanciones legado por Trump o en el canje de presos.

Esto ha permitido la reanudación de operaciones de transnacionales en el país suramericano, entre ellas, la estadounidense Chevron, quien recibió un permiso en noviembre de 2022, en un contexto de crisis energética desatada por la guerra en Ucrania.

Hernández Bernalette considera que, para Washington, es importante tener relaciones con un poseedor de tantas riquezas naturales como Venezuela, por interés económico, pero también para establecer una cooperación mutua como parte de su lucha contra el narcotráfico, al ser el caribeño considerado un país de tránsito de drogas.

Para Caracas -prosiguió- tener un comprador de crudo a días en barco es una ventaja, mientras que, en el ámbito turístico, EE.UU. podría convertirse en una de sus fuentes naturales para la recepción de turistas que quieran conocer el potencial extraordinario de Venezuela.

En todo caso, agregó el diplomático, nadie puede decir exactamente qué va a hacer Trump cuando vuelva al Despacho Oval, por lo que, de momento, un nuevo comienzo es incierto.

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