No menos de 100 llamadas recibió en dos horas Guillermo Manosalva la mañana del lunes. Al otro lado del teléfono escuchaba la voz preocupada de alguno de los agremiados de la cámara que dirige. Todos querían información. Ninguno sabe qué hacer si algún cliente llega con billetes de 100 bolívares en medio de un proceso que se desarrolla con un desconocimiento que cobrará la caída de 30% en las ventas durante las próximas 72 horas.
Se trata de una crisis que se adiciona a la que ya padecen los comerciantes de la región con la disminución durante lo que va de 2016 de 74% en su actividad. En la suma la afectación sobre los ingresos en los establecimientos es de -104%, un registro inédito en un sector acostumbrado a crecer año tras año.
una crisis que se adiciona a la que ya padecen los comerciantes
Manosalva, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, fue insistente al decir que al menos hasta el jueves 15 de diciembre el billete de más alta denominación en el país es de curso legal, “por eso debemos aceptarlo. Después veremos cómo se los hacemos llegar al Banco Central de Venezuela (BCV)”. Aún así hay flexibilidades. “Nosotros como defensores de la democracia y ante la desinformación que existe al respecto dejamos a la libre decisión de los comerciantes recibir o no la moneda que está siendo retirada”.
Como un pandemonio definió el dirigente gremial la situación. El Gobierno está condicionando que el sector actúe en contra del proceso de comercialización que es determinado por la recepción de dinero para la venta de algún bien. Ya antes había tomado medidas que afectaron directamente la actividad como las imposiciones de rebajas entre 30% y 50% en los precios sin conocer estructuras de costos.
Pero eso no es todo. Solo en Valencia han cerrado este año mil 100 establecimientos, que es igual a 7% de la totalidad, como consecuencia de una serie de factores: El racionamiento eléctrico, la incertidumbre de ser acusados de acaparamiento si tienen cantidades de inventarios normales, la escasez de divisas que dificultaron procesos de importaciones, aumentos salariales improductivos y la inseguridad que causó la reducción de horarios de atención al cliente hasta en 30%.
MEDIDA DESTEMPLADA
No era la forma. Carlos Luis González, primer vicepresidente de Fedecámaras Carabobo, está seguro de eso. Decretar la salida de circulación de lo billetes de 100 bolívares fue una medida destemplada además de improvisada.
El empresariado está en aprietos. Muchos dependen del dinero en efectivo para cancelar a sus trabajadores. “Hay un grueso importante de la nómina en la región que es pagada semanalmente en efectivo. Es un personal que no está bancarizado”.
González aseguró que la medida ha debido implementarse paulatinamente, de lo contrario se verán efectos muy negativos en los comercios que no podrán hacer sus operaciones con normalidad porque la mayoría de los billetes en la calle son precisamente los de 100 bolívares. “Yo estoy de acuerdo con el cambio del cono monetario porque se necesita una gran paca de billetes para pagar un solo artículo, el problema es la manera cómo se está ejecutando”.