Un cambio en Venezuela "tomará tiempo" por lo que Perú optó por establecer el requisito de visado humanitario para los ciudadanos de ese país, sin establecer por el momento cuotas, dice en una entrevista con Efe la vicepresidenta peruana Mercedes Araóz.
En este diálogo, Araóz afirma que siente que el mundo le da la espalda a los países que abrieron sus brazos a los venezolanos, por lo que la prudencia migratoria se impone.
La vicepresidenta participó en Ginebra en las sesiones inaugurales de la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al margen de la cual comentó para Efe la reciente moción de confianza aprobada por el Congreso en favor del Ejecutivo, así como su convicción de que ambos poderes deben completar sus mandatos hasta el final de 2021.
PREGUNTA: El Gobierno peruano ha decidido imponer el requisito del visado humanitario a los venezolanos que quieran entrar en Perú a partir del próximo sábado. ¿Hasta que punto esta medida puede ser efectiva? ¿No teme que ahonde la crisis humanitaria en Venezuela?
RESPUESTA: Se darán muchas facilidades para otorgar esas visas en varios consulados peruanos de la región, ya que la ruta empieza en Venezuela y pasa por Colombia y Ecuador hasta nuestro país. La cuestión más importante es que este es un fenómeno único en el mundo, esta migración tan masiva de un país hermano en tan corto tiempo, con muchas más personas que las que llegaron a Europa (durante la crisis migratoria de 2015-2016). Esto genera un shock muy fuerte en los países, en términos por ejemplo de servicios públicos. En Perú hemos recibido una migración de casi 800.000 personas en menos de tres años y esto qué genera... esperábamos crecer para dar empleo a los 300.000 jóvenes que se incorporan (cada año) a la población económicamente activa, pero ahora tenemos una oferta laboral muy fuerte y que tenemos que gestionar.
Ciertamente hay mucha gente (venezolana) preparada que ojalá pudiéramos colocar adecuadamente, pero no hay espacios para ello. Hay poco más de 100.000 personas que están en empleos formales, pero el resto sigue en el mercado informal.
No queremos afectar a esos ciudadanos que vienen por una crisis humanitaria, pero debemos tener prudencia para el ingreso de personas para preservar la tranquilidad social.
P: ¿Se ha pensado en establecer cuotas de visados humanitarios?
R: No hay cuotas, cada caso será evaluado. Es evidente que la situación es muy crítica y que el Perú desea que la democracia retorne a Venezuela, que se pueda llevar la ayuda humanitaria adecuada y que haya una salida a esta situación de crisis, pero no hay necesidad de poner una cuota. Se trata de mantener un ritmo de ingreso más ponderado.
P: ¿Cuál es el ritmo de entradas que desea el Gobierno peruano?
R: Todavía no sabemos. Los estudios para establecer cuántos y cómo van a entrar... todavía es un trabajo que se tiene que hacer, pero tiene que ser de forma ponderada porque no tenemos las capacidades para recibir a tantas personas. Insisto, estamos frente a un fenómeno que sólo miran los países de América Latina. Europa ayudaba a otros países para contener o movilizar adecuadamente la recepción de inmigrantes, pero en nuestro caso nadie nos ayuda y sentimos que nos dan la espalda, es una realidad muy dura. El último año fueron más de 300.000 los venezolanos que llegaron a Perú, es una carga que duplica nuestra capacidad de ofrecer empleos y servicios.
P: ¿Se va a reforzar la seguridad en la frontera norte para evitar que se abran rutas clandestinas a raíz del requisito del visado humanitario?
R: Nuestras entradas principales en el norte del país están muy bien administradas. Tenemos un buen servicio en la parte migratoria, que incluye vacunación y atención porque a veces hay menores que viajan solos.
P: Se anticipa que la presión migratoria no va a ceder mientras la situación en Venezuela no cambie ¿Cuándo cree que ocurrirá esto?
R: Hemos trabajado por la vía diplomática en la búsqueda de consensos, en el Grupo de Lima y con la OEA (Organización de Estados Americanos) para encontrar salidas y no es fácil. Entendemos que tomará tiempo, no vemos que será un tema que se resolverá en un tiempo cercano. Por esto tenemos que ser prudentes y mantenernos en la vía diplomáticas porque no creemos en invasiones ni intervenciones militares, sino en la vía pacífica y en un contexto democrático.
P: Aunque la situación política en Perú parece haberse estabilizado tras el voto de confianza del Congreso al Ejecutivo ¿no cree usted, como vicepresidenta y a la vez congresista, que el cierre del Congreso sería la forma de extinguir de una buena vez la permanente crisis institucional en su país?
R: Creo que no es el camino, ni el cierre del Congreso ni la vacancia presidencial son soluciones. Creo que fue un error haber ido por esa vía anteriormente, en el caso del (anterior) presidente (Pablo) Kuczynski, y ahora el presidente (Martín) Vizcarra debe continuar su trabajo hasta el fin del año 2021, igual que el Congreso. El voto de confianza que solicitó el presidente del Consejo de Ministros era una manera de decir 'bueno, marquemos un poco la cancha y sentémonos a dialogar' sobre las importantes reformas que necesita el país, políticas, del poder judicial y en otros ámbitos.
P: Muchos entienden la moción de confianza aprobada por el Congreso como una medida de supervivencia de los propios legisladores más que como una muestra de voluntad de tender puentes. ¿Cree que fue así?
R: Lo que ha pasado en el Congreso ha sido una recomposición, inclusive de la bancada opositora que era tan grande y que de 73 congresistas ha bajado a 53, en fin, no lo sé exactamente porque cambia todo el tiempo, el hecho es que las bancadas se han recompuesto. Esto es una muestra de la crisis interna del propio poder legislativo, pero que nos obliga a todos a sentarnos a dialogar y buscar salidas. Yo no creo que sea supervivencia, creo que muchos, incluso los opositores, han reflexionado sobre cómo resolver este conflicto. Claro, hay algunos que son termocéfalos, pero hay una buena parte que dice ya basta, hay que trabajar por el bien del país.
P: Con respecto a su presencia aquí, para la conferencia anual de la OIT. Uno de los temas más relevantes de esta reunión es la negociación final de una declaración internacional sobre la violencia y acoso en el trabajo ¿Perú apoya este nuevo instrumento?
R: El Perú ya tiene una legislación que sanciona el acoso sexual en el trabajo como delito de violencia de género y estamos trabajando con buenas prácticas y protocolos para atender a las víctimas, así que podemos ofrecer ciertos ejemplos que se pueden llevar a la mesa (de negociación) de lo que se puede hacer en un país.