Foto: Ángel Chacón

La labor a la que se dedicaba Javier Bocaney, de 28, era velar por la seguridad de una finca en Santa Ines, al sur de Valencia, en la parroquia Rafael Urdaneta. La noche del 6 de agosto un robo a la propiedad terminó con su vida.

Bocaney llevaba cerca de seis meses como vigilante de los terrenos, utilizados para la cría de pollos y cochinos. El no era el único trabajador de seguridad. El equipo estaba conformado por otros seis hombres, quienes escucharon los extraños ruidos y al descubrir la presencia de los antisociales huyeron hacia la casa de al lado. Cuando los empleados pasaron al otro lado se percataron de la ausencia de Javier, quien no logró saltar el muro.

Las heridas que presentaba el cuerpo eran por arma de fuego. Daniela Bocaney detalló que su hermano y los compañeros de este huyeron porque no tenían armas para enfrentarse a los antisociales. Además esa no era la primera vez que la finca sufría un robo. Meses atrás otros individuos ingresaron a la propiedad y se llevaron diversos tipos de mercancía.

La repentina pérdida de Bocaney dejó una familia desestructurada, en la que un niño de seis años no contará con la compañía y el cariño de su padre




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