Cuando leemos con asombro que María Corina y Er Conde son los dos candidatos con mayor favoritismo entre aquellos que se identifican con la oposición, es muy fácil comprender el poco apoyo popular y las aún menores oportunidades de triunfo que tiene esa tendencia en los próximos comicios, si no es que sucede algo extraordinario.
Actualmente, cerca del 55% del electorado se declara como ni con estos ni con aquellos y aducen no apoyar ninguna corriente política. No es tarea fácil explicar dicha cifra, luego de 25 años de una gestión tan deslucida como la actual; pero la oposición ha logrado con censurable tino alienar a muchos con sus desacuerdos y sus apetitos de poder. Y eso es lo que reflejan las encuestas.
Ciertamente, la mayoría quiere ver cambios en la gestión política y en las condiciones económicas resultantes. Eso es quizás lo único que nos aúna, incluso a aquellos que apoyan al gobierno. Pero cómo y con quién capitalizar esa brillante oportunidad pareciera ser la pregunta del examen que no nos sabemos.
Pasemos entonces a lo que nos ocupa. Debemos aceptar con estoica resignación nuestro destino y sacar el mayor y mejor provecho posible de lo que nos viene, ya que indefectiblemente habremos de tener los mismos actores al frente de las decisiones políticas y económicas por muchos años más. ¿Y entonces, qué podemos hacer?
Una respuesta contundente la dio el actual gobernador del Zulia, Manuel Rosales, cuando tomó sus limones e hizo limonada. Se sentó con el Presidente de la República, Nicolas Maduro, como le correspondía por razón de la investidura de ambos y en pocos meses de gobierno logró lo impensable, y es que ahora en Maracaibo hay gasolina y hay electricidad. ¡Caray!
Nos toca separar el diario devenir de nuestras actividades profesionales de las muy justificadas aspiraciones políticas. De allí surge el título del artículo. Rosales dejó en casa el discurso opositor y con su cachucha de gobernador trabajó con quien debía para atender y resolver los problemas para los cuales fue electo. Visión de conjunto, basar el impacto de sus acciones en la perspectiva del pueblo zuliano y no solamente de aquellos que le siguen políticamente.
Nos toca preguntar, cómo podemos adecuarnos para adaptar nuestras empresas y prácticas profesionales para subsistir y perdurar en medio de este entorno tan complejo y multiplural. Qué más hacer, que aún no hayamos hecho. Dónde hay oportunidades por aprovechar, mercados y clientes por atender, servicios que ofrecer, alianzas que estrechar, talentos por desarrollar.
Esta visión de conjunto obliga a ir más allá de lo inmediato, de aquello que está directamente frente a nosotros y que nos limita. Ejemplos hay muchos, pero no por ello la cosa sea más fácil. El desafío está en acometer hasta lograr, conscientes del entorno y a pesar de él. Ya casi no se ven los tradicionales taxis, pero apareció Ridery; la empresa de transporte privado La Wawa sigue creciendo, Tu Zona Market igual; productos traídos de fuera sustituyen muchos que hacíamos aquí, empresas locales aprovecharon la salida de otras, pero los estantes están abastecidos. No apoyo las políticas que dieron pie a esto, pero hoy se trata de adaptarse y no desaparecer.
Plumrose Latinoamericana es además dueña de las marcas Oscar Mayer, Fiesta, Italsalumi y Don Diego. Y siguen aquí, desde 1953. Empresas nuevas afloran, como la oriental Alimentos Del Castillo, de capital 100% criollo que no para de crecer, incorporando nuevos productos y mercados a su catálogo, con la innovación y la creatividad necesarias. Como su queso deslactosados, pensado para un público infantil que hasta ahora se tenía que privar de consumir lácteos. Chapó.
Los líderes empresariales, profesionales y académicos, estamos obligados a mirar estratégicamente y con visión de conjunto, manejando los riesgos y adaptándonos a los cambios, aprovechando el mejor talento que nos rodea para seguir adelante maximizando los resultados que estén a nuestro alcance. Y de paso atendemos la responsabilidad social que tenemos para con aquellos que confían su destino a nosotros.
Como bien dijo Mark Twain, “Aléjate de aquellas personas que intentan menospreciar tus ambiciones. Las mentes pequeñas siempre harán eso, pero las mentes grandes te darán la sensación de que tú también puedes volverte grande.”