Desde hace algún tiempo las puertas del cine se encuentran abiertas al público, y si eres de los que aún no se deciden a volver puede que ya sea hora de hacerlo.
En cartelera hay algunas propuestas que merecen la pena, por un lado está la secuela de la inquietante y admirable “Un Lugar en Silencio”, y por el otro se encuentra “En el Barrio”, la adaptación cinematográfica del musical de Broadway creado por Lin-Manuel Miranda.
Un Lugar en Silencio: Parte II
Tras los fatales acontecimientos sucedidos en la primera parte, John Krasinski trae de vuelta a la familia Abbot, quienes ahora deberán enfrentarse a los peligros del mundo exterior mientras luchan nuevamente en silencio para sobrevivir.
El prólogo de la película, que recrea los acontecimientos de cómo inicia la invasión de las extrañas criaturas en el mundo, es potente y consigue sumergirte de manera eficaz en la nueva aventura.
Ya de vuelta al presente, los sobrevivientes se ven forzados a explorar lo desconocido, y aunque puede que no genere el mismo efecto que la primera vez porque ya conoces la dinámica del universo, se esfuerza por mantener la tensión en todo momento y no falla con los Jump Scare, hay varios sobresaltos asegurados durante la cinta.
La madre que hace Emily Blunt regresa con su energía y tenacidad a tope pero el guion no hace que brille tanto como ya la habíamos visto antes, mientras que la incorporación de Cilian Murphy ofrece un aire fresco y necesario a la película.
Esta vez el mayor peso emocional recae en sus dos jóvenes estrellas Millicent Simmonds y Noah Jupe, que lo hacen de manera estupenda. Jupe tiene una mirada que sobrepasa la pantalla, pero Simmonds, ahora con la construcción de un personaje mucho más maduro, es la que roba miradas y se coloca a la altura de toda expectativa que se pueda tener.
La película rompe la atmosfera de intimidad que se conocía porque los personajes se embarcan a nuevos espacios, que aunque sin mayor novedad se inyecta una dosis de acción que resulta emocionante gracias a las habilidades de su director y del reparto.
Finalmente es difícil no darle a la llegada de los alienígenas cierta relación con la COVID, y cada vez que muere una criatura es una sensación de victoria. Por ello, se recomienda ver en el cine para que la experiencia aumente.
La frase: “Las personas que quedan, en lo que se han convertido… no son el tipo de personas que valga la pena salvar”.
‘En el Barrio’ (In the Heights)
Sigue a un grupo de vecinos de un barrio en Nueva York, en el que Usnavi, un simpático dueño de una bodega, que sueña con volver algún día a su República Dominicana de origen, ahorra cada centavo día a día mientras imagina y canta sobre una vida mejor.
Entre lo que se admira del filme es que la representación latina es satisfactoria, porque aun cuando se percibe a primeras todos los posibles clichés de la comunidad, cada gesto, detalle o situación presentada se siente completamente natural.
El reparto es mágico, cada actor tiene su momento de sacar chispas. Anthony Ramos (Usnavi), posee un talento y carisma que te hace vibrar, mientras que Olga Merediz (La abuela Claudia) es ese personaje que todos van adorar, no solo por lo que representa sino porque su interpretación es magnífica.
El director Jon M. Chu ofrece una adaptación destacada, ingenua y muy disfrutable, en la que consigue crear un ambiente tan electrizante que levanta el espíritu.
Los niveles de entusiasmo que producen algunas secuencias son sensacionales, todo gracias también a las canciones de Miranda, pues “Paciencia y fe” resuena y va resonar mucho, mientras que “Carnaval del barrio” es otro momento que te hará estremecer.
Pero no te dejes engañar por sus colores y ritmos alegres, esto tiene un trasfondo devastador que si no es por ser un musical sería un drama melancólico.
La película es dura y oscura, solo que el brillo, la música y su energía llevan esto a un nivel muy esperanzador, ya que la efusividad latina no deja que la nostalgia te arrope por completo.
Así que si alguien quiere llamarlo “agenda”, claro que lo es, si se refieren a que se contó una historia de una comunidad que rara vez es celebrada por los grandes estudios y representada de manera tan estimulante.
Es toda una celebración a los orígenes de los latinos, la esperanza, el legado, la identidad y “los sueñitos”. No es perfecta, pero es justo el tipo de espectáculo que se necesita para regresar a los cines.
