Foto: Referencial.

Los Golden State Warriors encadenaron el domingo su tercera derrota al hilo. Su quinta en los últimos siete partidos. Sin dos de sus mejores jugadores lesionados, envueltos en polémicas e incertidumbre, los vigentes campeones cedieron la cabeza de la Conferencia Oeste, inmersos en los mismos problemas que sacuden al resto de la liga. Más de cuatro años después, volvieron a «la realidad».

«Sí (es nuestro momento más complicado en cuatro años). Pero he tenido una racha de ensueño durante cuatro años y medio. Hemos tenido una existencia placentera las últimas cuatro temporadas. Esta es la racha más dura por la que hemos pasado», aseveró el técnico Steve Kerr el domingo luego de la derrota 104-92 ante los Spurs en San Antonio.

«Esta es la verdadera NBA. No hemos estado en la NBA real en los últimos años. Hemos estado viviendo este sueño. Y ahora nos enfrentamos a adversidad real y debemos volver a ser nosotros mismos», añadió.

Desde que Kerr tomara las riendas de la escuadra de Oakland, los Warriors ganaron el anillo en su primer año, batieron el récord de victorias en temporada regular de los Chicago Bulls de Michael Jordan en el segundo (73-9) aunque perdieron la final ante los Cleveland Cavaliers de LeBron James, y aplastaron a sus oponentes en las últimas dos campañas.

Tres títulos de los últimos cuatro. Reverencias aquí y allá. Reconocimiento unánime como uno de los mejores equipos de todos los tiempos, con Kevin Durant y Stephen Curry como dos talentos generacionales y únicos. Este verano boreal, además, sumaron a la mezcla a un todavía lesionado DeMarcus Cousins para conformar un quinteto con cinco All-Stars. Pero, hace unos días, todo comenzó a torcerse.

– ¿El principio del fin? –

El primer mes de competición demostró lo que todos sabían: Golden State era el rival a batir. Con un inicio de 11 victorias y solo dos derrotas, dominaba plácidamente el Oeste, Curry recordaba al que ganó dos MVP consecutivos y la alegría era la nota preponderante cada día.

Entonces, Curry se lesionó y, el pasado lunes, Draymond Green y Durant se enzarzaron en una acalorada discusión en el tropiezo ante Los Angeles Clippers que terminó con el primero suspendido un partido por el cuadro de Oakland.

Durant le recriminó a su compañero que no le pasara la pelota en la última posesión del tiempo regular y, según la prensa estadounidense, éste le insultó en numerosas ocasiones, lo que provocó una sanción y una multa económica por «comportamiento perjudicial hacia el equipo».

El exalero de los Thunder será agente libre este verano boreal y tiene a todos pendientes de su decisión, lo que ha generado nerviosismo y dudas entre sus compañeros y el cuerpo técnico.

«He leído muchas cosas sobre si ‘es el fin de una era’ o si ‘lo he arruinado’ o si ‘he forzado a Kevin a irse’. Al final del día, lo que Kevin decida, le apoyo al 100%. Hemos vivido unos años increíbles juntos», apuntó Green tras su suspensión.

«Lo que debéis saber es que nadie en esta organización (…) va a vencernos. Si eres uno de los otros 29 equipos, debes ganarnos, no vamos a derrotarnos nosotros mismos», sentenció.

Luego vinieron los fracasos ante los Dallas Mavericks (112-109) y, este domingo, frente a los Spurs, para certificar la peor racha desde que Steve Kerr está al mando.

– «Algo especial» –

Sin embargo, Curry, ausente por una lesión en los abductores, es optimista. Como siempre, el estelar armador es la sonrisa de una franquicia que ha cambiado el panorama de la liga gracias a la alegría de sus jugadores y de su propio juego.

«Todos sabemos que podemos hacer algo realmente especial esta temporada y que va a haber altos y bajos en el camino, sean infligidos por nosotros mismos o por otros», señaló recientemente.

«Nada debe alejarnos de nuestro objetivo (…) Estoy extremadamente orgulloso de la gestión del equipo en todo lo que ha pasado esta semana ya que existía la posibilidad de que nos hundiéramos e implosionáramos, pero eso no ha pasado», insistió.

Implosión o explosión, todas las dinastías terminaron antes o después: desde los Bulls de Jordan hasta los Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant, el peso de la victoria prolongada acaba siendo asfixiante.

Los Warriors pueden estar viviendo el primer bache en su camino de rosas… o algo más. Pero aún es demasiado pronto. Con el regreso de Curry y de Green al quinteto inicial, la felicidad debería volver al Oracle Arena. Y con ella las victorias.




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