“Los pueblos que no están dispuestos al sacrificio por las causas supremas y nobles de la democracia, la libertad, la justicia y la paz no se las merecen, ni tampoco son dignos de entrar en las páginas de la historia.” Boissiere P. Profesor universitario

Tal y como fue prometido en el espacio de hoy se reflexiona sobre la “situación país” y se hacen algunas sugerencias e ideas tendentes a que se establezca un cambio profundo en las estrategias públicas de Venezuela, para que vuelva a ser una república democrática y soberana.

 

Sin entrar a detallar lo que está ocurriendo en el ámbito interno -pues de sobra se  conoce y se está saturado de vivirlo y hartos de leerlo y escucharlo a través de los algunos medios de comunicación y, sobre todo, a través de las redes- ni las acciones y decisiones que se están dando y continuarán produciéndose en el escenario internacional con relación a la gravísima y lastimosa realidad de Venezuela, es posible hacer las siguientes consideraciones y propuestas para responder a la pregunta en cuestión;: ¿¡Y ahora… que se hace¡!?, esto  para que se analicen y se reflexione acerca de la posibilidad de hacerlas efectivas.

Se parte de la premisa -de la cual firmemente se está convencido y como ya lo han planteado muy serios y reputados profesionales de las ciencias sociales y humanas y prestigiosos intelectuales venezolanos- de que los regímenes de esta naturaleza -con algunas pocas excepciones en la historia de Occidente, pero muy discutibles- generalmente no salen por la vía electoral, solo salen por otras estrategias, y sobran los ejemplos en el pasado y en el presente, asunto en el que no es necesario detenerse, porque, como se ha afirmado, se está plenamente convencido de ello y, en todo caso, a quienes lo dudan, no lo comparten o lo ignoran, a l@s asidu@s lector@s que revisen la historia y a que examinen las propias experiencias venezolanas y las de los pueblos vecinos y hermanos latinos y caribeños. (El equipo humano productor de este espacio, no es uno de tantos comeflor y progresista -¿¡!?- que teme al calificativo de golpista, endosado, cínica y paradójicamente, a todo disidente por quienes tienen su génesis y naturaleza enraizada en esa nefasta práctica política, a la que, en su caso, ellos llaman, eufemísticamente,: “rebelión”.). Este equipo no es golpista ni rebelde, todo lo contrario: reseña lo histórico y la gestión que ha de hacerse con ello.

Cuando se habla de otras estrategias, de ninguna manera se está proponiendo violencia, ni siquiera se plantea que se regresa a las heroicas y asimétricas acciones de las marchas, manifestaciones, trancas y “guarimbas” (en inglés: war in bar”), que tantas vidas y bajas han costado sin haber logrado el efecto manifestado por quienes las protagonizaron -pues ha habido deslealtad por los politiqueros electoralistas que, en su desmedida ambición de poder, decidieron convivir con el régimen gubernamental-, ni mucho menos se va a formular una acción armada contra dicho régimen, pues sería inconstitucional, necio e iluso luchar en ese terreno, puesto que los disidentes no tienen tropas ni armas, (a diferencia del gobierno, que las tienen todas, amén de los facinerosos y asesinos integrantes de los grupos de choque (bandas armadas) y los colectivos armados que actúan al servicio de intereses particulares y que son del conocimiento popular, gozando de impunidad).

La estrategia de la que se habla no es la de las balas, sino la que se deriva del volumen de participantes en las acciones que se diseñen y la continuidad y persistencia de las mismas, no obstante todos los obstáculos, contratiempos y adversidades. En tal sentido, se propone para que se indague, se reflexione, a la brevedad posible, en el seno de las instituciones y organizaciones comprometidas con el cambio deseado y que deben ser las mismas que se encarguen de la problematización (la selección, estructuración y delimitación de la problemática),  análisis de la situación, estudio y comprensión de cada engranaje y la solución de su problemática, la resíntesis (reintegración) del todo, la concepción de la solución de la problemática total, la planificación de la implementación de la solución, organización, logística, ejecución (vigilancia del avance de las acciones) y reorientación de las acciones a fin de enfilar hacia las metas y el objetivo, sumando voluntades y compromisos dentro de un todo orquestado adecuadamente, liderado mediante un lenguaje moderado, mesurado, respetuoso de la ley, la ética y la moral en pro del resultado de una democracia pluralista y abierta.

Esta conducta, ha de acompañarse de una coherente exposición a toda la población sobre los motivos, propósitos y efectos perseguidos por esta estrategia de acción, y termina por sumar voluntades y participantes (Conferencia Episcopal Venezolana, Universidades Públicas Autónomas, Academias, Asociación de Rectores, FAPUV, Federación de Centros Universitarios, Gremios Profesionales (de médicos, odontólogos, farmaceutas, abogados, ingenieros, economistas, administradores y contadores públicos, etc.), Colegio de Profesores de Venezuela, Federación Venezolana de Maestros, Colegio de Licenciados en Educación, Colegio Nacional de Periodistas, Medios de Comunicación Social Independientes, FEDECÁMARAS, FEDEINDUSTRIA, Cámaras de Comercio, Partidos Políticos, Organizaciones No Gubernamentales, CTV, Sindicatos, etc-) porque se está ante el crucial dilema del definitivo rescate de la democracia y la libertad o la implantación definitiva del comunismo y el autoritarismo.

Llegó la hora de adoptar decisiones. Se debe aprovechar la coyuntura que está planteada por las decisiones y medidas que está adoptando y seguirá concibiendo la comunidad internacional. Si no se hacen ahora, les aseguro que mañana estarán quebrados, confiscados, expropiados, y hasta invadidos en su privacidad… de cualquiera de estas opciones no se van a salvar.

 




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