Un 28 de agosto de 1963, al concluirse una marcha de protesta por los derechos civiles, el pastor protestante de color Martin Luther King pronunció un discurso que quedó como un recuerdo imperecedero en la histora Américana y que comenzaba con esta frase memorable: “I have a dream” (yo tengo una esperanza). Ha sido un extraordinario mensaje de amor y de hermandad para todos los hombres de América y del mundo entero, un mensaje de hermandad y de justicia con la profunda y arraigada esperanza de que, en un futuro no muy lejano, todos se puedan sentar en la misma mesa sin distinción de color o de raza, de credo o de ideología política.Y así, a pesar de que a los pocos años, Martin Luther King fué miserablemente asesinado por los  enemigos de la paz y de la misma América, su mensaje de fraternidad y de Amor llevado por el viento de la esperanza, se regó por América y por todo el mundo entre los hombres.  Pues bien, al comenzar el nuevo año, me ha parecido oportuno, parafraseando el título del famoso discurso de Martin Luther king, lanzar yo tambien un mensaje de fé y de optimismo para nuestra atormentada Venezuela,  para gritar con entusiasmo que yo tambien tengo la esperanza de que el nuevo año sea portador de unión y de armonía, que tengo la esperanza de que no haya más conflictos ni divisiones, tengo la esperanza de que frente a los inevitables problemas, puedan sentarse a dialogar, a intercambiar opiniones, a escucharse con empatía, anteponiendo Venezuela a los intereses partidistas, tengo la esperanza que finalmente se acabe ese resentimiento y  esa vergonzosa adversión entre distintos bandos,tengo la esperanza de que los venezolanos que  no comparten las ideas de este gobierno no sean considerados  antipatriotas ni vengan apodados con términos ofensivos y menos por el presidente de la República que debería ser Presidente de todos y no solamente de los que comparten su ideología.

Tengo la esperanza  entonces y tengo mucha fè porque Venezuela se lo merece, porque sin esperanza no hay futuro y porque como decía  Sancho Panza  con Don Quijote, “si esa aventura fuera de fantasmas, como me va pareciendo, no habría costilla que la aguante”. Tengo esperanza entonces y tengo mucha fè porque estoy seguro que si se logrará irradiar ese espíritu de esperanza, se podrá trocar esa discordia en hermandad, esa división en armonía, ese conformismo sumiso en una patriótica rebeldía, ese odio en AMOR! De nosotros, de todos nosotros depende que eso se convierta en  realidad!

Desde  Italia  –  Paolo Montanari Tigri




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