Foto cortesía: El Impulso

La llegada del combustible iraní no ha aliviado la severa escasez en los municipios productores del estado Táchira, de donde cada semana sale la mayoría de las hortalizas que se consumen en el país.

Los pocos vehículos que siguen atravesando el páramo tachirense ruedan con gasolina colombiana, la cual es comprada por los agricultores a contrabandistas en las zonas fronterizas.

«No ha llegado gasolina ni a 5.000 bolívares ni a precio internacional, y si llegó no la han repartido. La que usan los carros es colombiana. Aquí el que tenga algo de dinero y cómo bajar a surtir su vehículo en los sitios donde la puede conseguir, compra gasolina colombiana. El que no tiene plata sencillamente no puede ir a la finca», aseguró Gerson Pabón, productor de hortalizas de la entidad tachirense.

Dicha situación a la que llegó Venezuela, la padecen los productores agropecuarios del occidente del país desde hace más de tres años. Pese a que Venezuela es el país con mayores reservas de petróleo del mundo, la escasez les ha obligado a acudir a los contrabandistas que hacen vida en la nación, ya que sin combustible, no pueden producir ni distribuir alimentos.

La mayoría de los camiones que se usan en el páramo tachirense para transportar comida, tienen un tanque de 100 litros. Esto ha provocado que, productores necesiten ir a gasolineras neogranadinas para comprar cuatro pimpinas y desembolsar hasta 400.000 pesos, que son más de 111 dólares.

Cabe destacar que, los conductores no han tenido acceso a gasolina subsidiada y se han reportado kilométricas colas en las estaciones de servicio alternativas. Ante este incidente, la Mesa de Combustible del Táchira informó que a partir del 15 de junio surtirán gasolina subsidiada, a 5.000 bolívares por terminal de la Tarjeta de Abastecimiento de Gasolina.

Señaló también que cada día se revisará el alcance de la gasolina para poner un cono en la cola, a fin de indicar que hasta allí se atenderá. Manifestó que en las gasolineras dolarizadas, las cuales venden el litro a $0,50, se atenderá según el último número de la placa del vehículo, un plan contrario al aplicado en el resto de los estados patrios. Según el Ejecutivo nacional, no hay restricciones para pagar el combustible a precio internacional.

«En nuestro municipio, pasamos una calamidad muy fuerte. La alcaldía nos asigna 30 litros y en las estaciones de servicio terminan suministrandose 20 litros que no alcanzan ni para buscar las hortalizas. Es mejor ir a La Fría a comprar a 5.000 o 6.000 pesos la gasolina colombiana para que no se nos pierdan las cosechas y darle comida al pueblo», expresó Óscar Andrés García, productor de pimentón, cebolla, frijol y maíz en el municipio Jáuregui .

García destacó que el gobierno priorizó la región capital y dejó en segundo plano las zonas productoras. En los pueblos del sur de Mérida no ha llegado ni gasolina subsidiada ni la vendida a precio internacional.

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