Dayrí Blanco
La crisis de inventario de harina de trigo es compleja. Los
retrasos en la aprobación de liquidación de divisas a proveedores
internacionales inició la cadena de inconvenientes que paralizó por dos meses
la mayoría de los molinos del país y mantiene desabastecido al 80% de las
panaderías de Carabobo.
Las empresas molineras del país cubren en su conjunto la
demanda nacional. “Si una se para empiezan las fallas”, explicó José Dichy,
secretario de relaciones públicas de la Asociación de Comerciantes e Industriales
de la Panificación y Similares de la región (Acipan).
La situación actual es que está llegando al país mucho menos
de las 100 mil toneladas de trigo que requieren al mes las nueve mil 500
panaderías del país, de las que 670 están instaladas en Carabobo. Los Molinos
nacionales tienen problemas de materia prima desde hace más de un año, pero se
comenzó a sentir con fuerza recientemente. La Lucha está paralizada desde hace
dos meses, Monaca está a baja capacidad, Mocasa y Molvenca trabajan al 50%, y Cargill
se reactivó la semana pasada tras mes y medio sin producir.
Pero no todo está perdido. Desde Acipan se han gestado
grandes esfuerzos con el ministerio de Alimentación para lograr cubrir las
necesidades de insumos. El problema, según Dichy, comenzó por los estrictos
controles de vigilancia en el uso de los dólares asignados que retrasó el pago
a los proveedores. Mientras eso se solventa, el Ejecutivo importó a través de
la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA) 90 mil toneladas
de trigo que llegaron al país la semana pasada, y que alcanzará para la
producción de un mes.
El 20% de las panaderías en Carabobo que aún cuenta con
materia prima está trabajando con préstamos de harina entre ellas mismas. El
resto deberá esperar hasta agosto, cuando se tiene previsto se normalice la
situación con la liquidación de forma oportuna de las divisas necesarias.
