Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
Tres aumentos salariales ha recibido Manuel Espinoza en los últimos seis meses. Ahora cobra cada quincena 170% más pero compra menos. No es una sensación ni una realidad aislada, los sueldos en Venezuela apenas cubren menos de 30% de la inflación.
Es una relación que parece normal en medio de una severa crisis económica. Pero hasta octubre los salarios podían alcanzar hasta 65% de los precios del mercado nacional. El problema es que existe un desfase cada vez mayor entre la estructura del crecimiento de la inflación y los pagos, “la situación del país y de las empresas hace que condiciones salariales sean inferiores”, explicó Raúl Briceño, director general de Conestructuras, durante la presentación de la octava encuesta regional de salarios.
Actualmente las empresas de país están haciendo lo que pueden para pagar el incremento de 300% que, en promedio, se ha aplicado en el salario de la región central del país, y de 200% en los estados del interior. Se trata de una variación importante que “no se nota tanto por los altos niveles de inflación”.
Pese a lo difícil que es para las organizaciones asumir esos aumentos, Briceño resaltó que son montos insuficientes para el sostenimiento económico de la población. “Un profesional universitario con cinco años de experiencia debería cobrar un millón de bolívares al mes”.
En el escenario de crisis financiera sobre la que luchan por mantenerse las empresas en el país, hay más optimismo que desesperanza. “Eso es lo positivo, se han impulsado medidas paliativas, apoyo y facilidades, la gente siente mucho agradecimiento cuando se ofrece en sus sitios de trabajo la venta de comida a precios no mucho menores pero generan elemento de facilidad. Lo mismo cuando se genera una relación de empatía con los líderes de las compañías”.
Para Briceño, aunque este año será negativo para la población en materia económica, será percibido como neutral “porque ya estamos viviendo algo tan malo que será como más de lo mismo”, así que Manuel Espinoza y el resto de los Venezolanos, aunque sigan recibiendo incrementos salariales no tendrán en sus bolsillos lo suficiente para combatir la inflación.
