Sara Pacheco
Betzaida Parra vive en el barrio Bicentenario 1-A de la parroquia Miguel Peña con su hija de tres años. Desde hace más de un mes las cloacas han sido un dolor de cabeza para la madre, pues están desbordadas en todo su patio. Entrar a su hogar, es solo para personas con destreza. Piedras señalan los sitios que pueden pisarse para no llenarse por completo de aguas servidas malolientes.
“Tengo 35 años viviendo aquí y es la primera vez que tenemos un problema como este”, afirmó mientras sostenía a su hija en brazos, al mayor afectada, Parra señaló que la niña sufre de una alergia constante y sinusitis que se agravan con el mal olor que envuelve su hogar.
Junto a su casa vive su prima, quien también padece los males del brote, sin embargo, no la ataca tan fuerte como a la familia Parra. Las mujeres han denunciado la situación a miembros del consejo comunal, quienes a su vez se han encargado de transmitir el problema a la alcaldía de Valencia.
El día de la entrevista, el tan esperado camión Vacuum inició el recorrido por las casas y calles más afectadas, problema que según algunos vecinos reaparecerá pues no se ha atacado la raíz: las tuberías,