Basyl Macias

Este domingo 23, a las 4:00 pm, será el estreno de la obra “La montaña de los dioses también es la casa del diablo”, en el marco del quinto aniversario de la compañía de danza Churún Merún Auyantepui.

En el Teatro Municipal de Valencia, se presentará esta pieza original de Yohanna Oliveros y William Delgado, en la que se combinan elementos de ficción y magia basados en las leyendas y tradiciones de la etnia Pemón, que envuelven la creación y muerte, de la vida que habita en la más imponente montaña de nuestro país: el  Kerepakupai-Merú.

“Dramaturgia en movimiento es el concepto que nos planteamos para contar una historia hilada con las principales piezas montadas por la compañía en sus 15 años de historia”, expresa William Delgado, director y dramaturgo de la obra junto con Yohanna Oliveros.

El espíritu de la conciencia que define al pueblo Pemón y a toda la familia indígena Caribe en su relación vida-muerte, es la base de la historia de la pieza que armoniza el teatro con la danza.

“Para narrar la obra, llevamos a escena a más de 50 artistas entre bailarines (danza contemporánea), bailadores (danza tradicional), actores, músicos en vivo, además de incorporar elementos de videoarte que acompañarán el lenguaje descriptivo artístico”.

15 años de danza

Churún Merún Auyantepui nació de la mano y talento de Yohanna Oliveros. En sus inicios se dedicó a la danza nacionalista y, dado sus estudios y pasión por la tradición, la compañía se especializó en la danza tradicional y, desde el año 2002, experimenta con la dramaturgia en movimiento.

En su proceso creativo, Oliveros menciona que el enfoque de la compañía parte de la historia, el conocimiento pleno y hasta vivencial para llegar a la manifestación.

En esta actuación especial, están invitadas las danzas Nuevo Estilo, Tacasuruma y Danzas Scarlet; y los grupos de música, Tríada, el percusionista Ronny Viloria, y el ensamble, Tacón y Cuerda. En las voces participa el niño Rubén Alvarado, el tenor, Manuel Monasterio y el maestro, Johhan Hernández, acompañados por el extraordinario músico, Luis Conde.

“Queremos contar al público una historia que haga reflexionar por su mensaje y que trascienda la crisis de identidad que tenemos los venezolanos. El cuerpo narra sin necesidad de palabras todo el misterio escondido en la montaña”, argumenta Oliveros.




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