Basyl Macías

Con un horizonte infinito, la Orquesta Sinfónica de Caracas ofrecerá su primer concierto, bajo la dirección de Dietrich Paredes, quien se propone proyectar su capacidad de hacer música, con una obra como la Sinfonía Haffner de Mozart, y su impetuosa energía con la Octava de Dvořák, este jueves 21 de julio, a las 4:00 pm, en la sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música.

Dietrich Paredes pide a sus músicos que den rienda suelta al sentimiento y que, posteriormente, tomen conciencia de lo que están tocando. El director está convencido de que éste ha sido el éxito de la Sinfónica Juvenil de Caracas.

Este concierto gratuito asoma el nuevo horizonte de la Orquesta Sinfónica de Caracas que, aunque ya no lleva el distintivo de juvenil en su nombre, sigue teniendo en sus filas a entusiastas jóvenes del Sistema, quienes suben un nuevo peldaño gracias a la experiencia musical que los respalda.

“Estamos en el inicio de una nueva etapa, que tiene como antecedente una hermosa historia escrita como orquesta juvenil, que conduce hacia nuevos proyectos con los que nuestros músicos seguirán cumpliendo sus sueños”, destacó el maestro.

El profesor Paredes dijo estar comprometido con seguir impulsando el talento de sus músicos. “Hay, por supuesto, gente nueva con nosotros pero también músicos que pertenecen a esta orquesta desde su fundación y que tienen la oportunidad de emprender el camino hacia esas nuevas metas. Vamos a mostrar una cara renovada al público y llena de mucha energía”.

En esta oportunidad, el repertorio escogido incluye la Sinfonía N° 35, en Re Mayor «Haffner», de Mozart, concebida para la ceremonia de confirmación de nobleza de un miembro de la familia Haffner de Salzburgo.

La obra fue entregada solo con una marcha de introducción y dos minuetos; y  posteriormente fue retomada por el compositor para otorgarle la estructura que mantiene hasta el presente.

Como todas las obras de Mozart, esta sinfonía es como un cristal, así que la orquesta podrá demostrar su capacidad de hacer música con cualidad de filigrana. Luego, los músicos desplegarán todo su ímpetu y energía con la Sinfonía N° 8 en Sol Mayor, de Antonín Dvořák, que ofrece cuatro movimientos de gran fuerza. Esta obra es luminosa y posee el carácter bohemio que tanto amaba este músico, nacido dentro del territorio que hoy se conoce como República Checa.

Sobre este mismo repertorio Dietrich Paredes comentó que la Sinfonía 35 de Mozart es luminosa y virtuosa, pero también compleja.

“Es una de las favoritas del maestro José Antonio Abreu, porque sus tonalidades del Re Mayor son extraordinarias. Mozart es muy educativo y exigente para la formación musical. Por eso creo que la elección de esta obra para estrenar la nueva imagen de la Orquesta Sinfónica de Caracas es un acierto porque nos permite mostrar el resultado de una nueva exigencia musical. También Dvořák nos ofrece una pieza triunfante, que simboliza el deseo y la energía del espíritu joven. Estamos seguros de que el público logrará sintonizar su corazón con la fuerza de la nueva Orquesta Sinfónica de Caracas”, agregó.

Sobre su rol en El Sistema, Paredes mencionó que los directores venezolanos cada vez tienen mayor responsabilidad. “Estamos de frente al compromiso que se nos presenta con la tarea de guiar a más y más gente por la senda de la música”.

El maestro expuso estar realmente conmovido con que niños de tan corta edad tengan el deseo de tomar una batuta y estar frente a una orquesta. “Creo que esto no solo nos obliga a ser mejores sino a abrir, con la mayor humildad, nuevos caminos y a diseñar más y mejores plataformas de proyección para esas generaciones del futuro”.

El director titular de esta agrupación agrade al maestro José Antonio Abreu y al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, por haberle brindado la familia que para él representan sus compañeros de la OSC. “La música nos abrió un camino de luz, alegría y esperanza que seguiremos recorriendo juntos. Para mí es un honor compartir con estos muchachos, ya que la nuestra es una relación de colegas. Más que enseñar lo aprendido, mi misión es mantenernos unidos y lograr la bella interconexión que nos ha dado el carácter que tenemos a través de los sonidos de cada instrumento”, destacó Dietrich Paredes.




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