En Carabobo, 29 estaciones de servicio suministran gas natural. (Foto Andrews Abreu)

Dayrí Blanco

El posible ajuste del precio de la gasolina ha levantado diversas opiniones. Pero más allá de quienes apoyan la medida y quienes la adversan, existe una industria que espera aprovecharse de las circunstancias para ser aceptada por la mayoría. Se trata del gas vehicular, que tras varios intentos hechos por el Ejecutivo, solo un mínimo porcentaje del parque automotor activo lo utiliza pese a ser un servicio gratuito.

La gasolina en el país se vende prácticamente a precio de regalo. Afirmó el especialista petrolero Diego González. Esta ha sido una de las causas principales que ha impedido que los usuarios tomen de forma masiva el gas natural como opción.

La desconfianza en este sistema ha sido clave para que en los talleres donde se instala la conversión a gas de los vehículos se atienda en promedio a dos clientes al mes. Magali Ochoa, encargada de un establecimiento donde se presta el servicio, señaló que solo cuando les envían flotas de automóviles vendidos por planes gubernamentales, tienen un número importante de carros que atender.

Solo en las principales ciudades de Venezuela existen surtidores instalados. “Ni en los andes, ni en los llanos, ni en Guayana hay. Hasta que no se construya el sistema de gasoductos en todo el país este servicio seguirá siendo un fracaso”, aseguró González, quien alertó que solo en manos de la empresa privada puede tener futuro.

Con el tanque lleno de un vehículo tipo sedan se puede recorrer un aproximado entre 100 y 120 kilómetros. Lo que quiere decir que difícilmente se puede hacer un viaje de Caracas a Valencia sin detenerse en una de las 303 estaciones que existen en el país. “Pero no todas funcionan, no se tiene la garantía de ir a una y conseguir gas”. Esta es otra de las trabas que no ha permitido seducir a los consumidores potenciales.

Luis Galíndez, mientras surtía su vehículo de gasolina admitió haber sacado la bombona que estaba instalada en la parte trasera del carro porque le quitaba espacio y nunca le daría el uso para la que fue concebida. “No es un sistema seguro. Me daba miedo que en algún momento explotara. Además, me quitaba todo el espacio de la maleta”.

La instalación del kit, el mantenimiento, que debe hacerse anual, y el suministro son gratis. Sin embargo, las islas que se han construido en 29 estaciones de servicio de Carabobo para el abastecimiento de gas vehicular, lucen solitarias. Hay jornadas de trabajo completas de Darío Aguilar, quien es despachador en una gasolinera, donde no ve ni un solo carro utilizando el servicio. Aseguró escuchar de parte de varios usuarios que prefieren la gasolina porque con la conversión a gas el motor de los vehículos pierde potencia.

Durante los primeros siete meses de 2014, en Carabobo el suministro total de gas vehicular fue tan solo de 636 mil 500 metros cúbicos. Lo que representa un promedio de cuatro mil 500 semanales. Con la puesta en marcha de una flota de 60 unidades de transporte público en el sur de la ciudad, que se abastecerán con gas natural, se espera que estos números sean más alentadores.




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