Odile tocó tierra la medianoche del domingo . (Foto EFE)

AP

El gobierno mexicano inició la tarde del martes la evacuación turistas nacionales y extranjeros que están varados en Baja California Sur después del paso del huracán Odile, mientras los habitantes de la zona afectada regresaban a sus hogares en ruinas y miles continuaban sin luz ni agua.

Odile tocó tierra la medianoche del domingo y el martes continuaba a su avance hacia el norte por el golfo de California debilitado como tormenta tropical pero provocando intensas lluvias tanto en la península de Baja California como en el noroeste de México y el suroeste de EEUU que podrían provocar serias inundaciones, indicaron meteorólogos.

La Secretaría de Gobernación informó de la puesta en marcha del puente aéreo con aviones militares y comerciales que trasladarían a los turistas desde La Paz y Los Cabos a Tijuana (en la frontera con EEUU), Mazatlán (Sinaloa), Guadalajara (Jalisco) y la Ciudad de México, donde los extranjeros serían atendidos por sus respectivos servicios consulares.

Las autoridades indicaron que estimaban poder evacuar en las próximas 48 horas a los 30.000 visitantes en este turístico destino, 26.000 de ellos extranjeros, la mayoría de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.

A lo largo de martes, llegaron al menos, 600 personas en 8 vuelos: cuatro a Tijuana con gran cantidad de turistas californianos, de Arizona y Alaska; uno a Mazatlán y tres al Distrito Federal.

«Por no decir otra cosa, diré que ha sido una experiencia interesante», explicó vía telefónica desde Mazatlán Fatai Oshi-Ojuri, un turista de California. Fue uno de los primeros en tomar un vuelo de evacuación, señaló que el aeropuerto de Los Cabos «parecía sacado de una escena de la película `The Walking Dead»’, con los techos caídos, los cables sueltos, los ventanales hechos añicos y todo inundado.

Alguno de los aviones comerciales que fueron utilizados en la evacuación llegaron a Baja California Sur con ayuda humanitaria que trasladaron en colaboración con Cruz Roja Mexicana, informó la aerolínea Interjet.

Los aeropuertos de La Paz y Los Cabos seguían el martes cerrados a los vuelos comerciales. El primero de ellos tuvo menos daños pero en Los Cabos se tuvo que reparar la torre de control para que pudiera volver a operar, dijo José María Tapia, de la Secretaría de Gobernación en declaraciones a Milenio Televisión.

Responsables de emergencias indicaron que 135 personas habían sido atendidas por heridas leves producidas por cristales rotos y objetos caídos, pero no había muertos ni heridos de gravedad por el momento aunque sí cuantiosos daños materiales.

La mayoría de los postes de luz de la zona habían sido derribados, indicó Puente, dejando a 239.000 personas en el estado de Baja California Sur sin electricidad. Muchos carecían también de agua potable y había problemas de comunicación todavía el martes, porque las antenas de telefonía habían resultado dañadas. Los puertos permanecían cerrados.

José María Tapia dijo el martes que poco a poco empezó a restablecerse la electricidad, que se habían trasladado plantas portátiles de agua a los lugares con más necesidad y salió hacia Baja California Sur un buque con ayuda humanitaria.

Antes de avanzar hacia el norte, Odile tocó tierra el domingo por la noche cerca de Cabo San Lucas como huracán de categoría 3 y antes de debilitarse rápidamente derribó árboles, postes de luz y dejó completamente en ruinas muchas de las casas de estructura más débil. En Colonia Unidad Real, un barrio levantado hace unos años en un antiguo lecho fluvial, cientos de viviendas resultaron dañadas o destruidas, con escombros repartidos por todas partes.

«Hay que volver a comenzar, poco a poco porque la estufa (cocina), el refrigerador, la computadora del chico… todo, todo está arruinado», declaró entre lágrimas Enrique Cota, un poblador de Los Cabos.

Cota huyó de Odile el domingo con la ayuda de los bomberos, y al regresar a su hogar, una casa muy humilde, comprobó que aunque seguía en pie estaba totalmente destrozada. «Llevo dos días sin poder dormir», afirmó.

«En los siete años que estoy aquí nunca había pegado, nunca me había tocado algo así», dijo a la Associated Press Alejandro Tealdi, de 32 años, residente de Cabo San Lucas y nacido en Argentina.

El martes por la mañana, Odile se adentraba en el mar de Cortés, dejando fuertes lluvias que podrían provocar peligrosas inundaciones y deslizamientos de tierra, pero también un posible beneficio para una región afectada por la sequía.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos señaló que el martes por la tarde la tormenta registraba vientos sostenidos máximos de cerca de 85 kilómetros por hora (50 millas por hora). Su centro se encontraba 245 kilómetros (150 millas) al sur sureste de San Felipe (Baja California) y a 245 kilómetros (150 millas) al sur de Puerto Peñasco (en el estado continental de Sonora). Avanzaba hacia el norte a 11 kph (7 mph). Los efectos de tormenta tropical se extenderán 220 kilómetros (140 millas).

Las autoridades mexicanas mantienen en alerta a todos los estados del noroeste del país y también los de la costa sur del Pacífico por la tormenta tropical Polo aunque esta se mantenía todavía muy alejada de la costa.




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