EFE
Además,
cada año se dan 2,6 millones de casos en el mundo en los que el bebé nace
muerto y otros 2,7 millones de recién nacidos fallecen durante sus primeros 28
días de vida.
La mayoría de muertes entre madres y recién nacidos ocurren en las veinticuatro
horas siguientes al parto y, según la OMS, la mayoría de ellas son evitables.
Por ello, la organización internacional ha lanzado una nueva guía que pone de
manifiesto las principales complicaciones que pueden surgir y terminar con la
muerte de la madre o el bebé, como las hemorragias postparto, las infecciones,
las obstrucciones, la preeclampsia o la asfixia en el alumbramiento.
La OMS espera que esta guía «ayude a los trabajadores sanitarios a seguir
los cuidados esenciales y estandarizados de cada parto», y así evitar este
tipo de decesos.
El manual señala cuatro momentos en los que el trabajador sanitario tiene que
comprobar que «todo esté en orden».
Estos son, cuando la madre es admitida en las instalaciones, antes de que
empiece el parto (o la cesárea), a lo largo de la hora posterior al nacimiento,
y durante la hora anterior a que la madre y el niño son dados de alta.
Según la OMS, estos instantes son decisivos para que el trabajador pueda
anticipar y actuar ante cualquier complicación durante el proceso de
alumbramiento.