José Leonardo Olavarría V. 

El cantante Servando Primera publicó este viernes una carta. El texto, cuyo título es «La Lupa y el Espejo», explica lo que significa para él la palabra revolución, esto luego de las elecciones parlamentarias que se llevaron a cabo el domingo pasado y en las que la oposición obtuvo una contundente victoria. 

Primera consideró que «un revolucionario no se limita a ser un funcionario
gubernamental, o estar exclusivamente afiliado a un partido político», sino todo aquel que «cambia su entorno cuando lo considera injusto». 

El artista venezolano explicó además que todo aquel que se considere revolucionario debe usar una lupa «para ver al mundo y cambiarlo» y un espejo «para verse a sí mismo, cambiarse y en consecuencia influir en su entorno». Sin embargo Primera siente que en los últimos años se ha usado más la lupa que el espejo. 

«Cuando
vemos una cadena de nuestros dirigentes, escuchamos durante un 70% de la
transmisión, solamente culpas ajenas, la guerra económica, el imperialismo, y
otras formas de maldad, las cuales existen y nos afectan; pero no podemos
pensar que son el único motivo causante de nuestra situación, sino también
algunas acciones desacertadas de nosotros como sociedad y de quienes nos
gobiernan. Falta mucha autocritica». 

A continuación el texto completo:

LA
LUPA Y EL ESPEJO (final)

¿Qué
es una revolución? 

Mucha
gente en la calle me pregunta en tono peyorativo si soy Revolucionario, sin
conocer a fondo, quizás, el término de la palabra, por eso me gustaría comenzar
aclarando lo que aprendí de mis padres, mucho antes que alguien siquiera
mencionara la palabra Revolución, desde un ente gubernamental. 

En
la teoría, Revolución es un cambio social radical, basado en su estructura y
ejes de poder, para mejorar las condiciones de vida a través de herramientas
políticas, económicas, sociales, y culturales.

Han
existido diversas experiencias en nuestra historia como humanidad, y éstas
demoraron años para poderse concretar, como ocurrió con la Revolución Francesa
organizada y ejecutada con éxito por la burguesía de la época cansada de la
monarquía que los oprimía, o la Mexicana por sus campesinos indignados, y así
durante siglos en distintos países y épocas.

Ahora,
si nos enfocamos en la venezolana actual, considero que un revolucionario no se
limita a ser un funcionario gubernamental, o estar exclusivamente afiliado a un
partido político. Para mi revolucionario, es todo aquel que cambia su
entorno cuando lo considera injusto, hay algunos históricos como
Jesucristo, John Lennon, Buda, también los encontramos a diario en las
calles y ni ellos saben que lo son, como un barrendero, una maestra, un
obrero o médico, quien a pesar seguramente de recibir un salario miserable que
no reivindica su labor, mantiene su convicción honesta y continúa trabajando
para mejorar su país, a pesar de saber que un ladrón, sicario o estafador,
ganan mucho más dinero que ellos, y aún así no se doblegan ni prostituyen su
dignidad.  

Yo
nací de dos revolucionarios, Sol Mussett y Alí Primera. Llevo en mi ADN, mi
oxigeno y espíritu esa forma de percibir lo que me rodea de una manera
sensible, por eso, quien se considere revolucionario debe usar, una lupa y un
espejo:


La lupa para ver al mundo y poder cambiarlo.


El espejo para verse a si mismo, cambiarse y por consecuencia influir en su
entorno.

Ambos
necesarios.

Siento
que en los últimos años hemos usado más la lupa que el espejo. Perdemos más
tiempo peleando con el viejo mundo moribundo, que construyendo el nuevo.
Carecemos de aceptación propia, y desafortunadamente sin aceptación no habrá
cambio real. 

Cuando
vemos una cadena de nuestros dirigentes, escuchamos durante un 70% de la
transmisión, solamente culpas ajenas, la guerra económica, el imperialismo, y
otras formas de maldad, las cuales existen y nos afectan; pero no podemos
pensar que son el único motivo causante de nuestra situación, sino también
algunas acciones desacertadas de nosotros como sociedad y de quienes nos
gobiernan. Falta mucha autocritica. 

¿Nos
equivocamos? si, quién no se equivoca. El problema no sólo es el error, sino la
falta de aceptación de los mismos, pues sólo así podemos definir la estrategia
para revertirlos, y así avanzar. Entonces es difícil, no imposible, que
llevemos a cabo con éxito los ideales y sueños que le han costado la vida a
tantos hermanos, como Alberto Lovera, Jorge Rodríguez (Padre), Sabino Romero y
también el sudor y sangre de muchos otros. 

No
propongo auto flagelarnos, sino sanarnos, el país tiene un herida
abierta y el odio de ambos lados solo la abre mas. Estamos como el niño
que le pega a su hermana y se excusa diciendo que ella fue quien comenzó, ya no
importa quien empezó, sino quién lo detuvo, quién dejó de devolver el golpe.

Espero
podamos construir la Patria Buena de la que habla Alí en sus canciones, y la
cual defendió con sus acciones. La mejor forma de criticar lo que no nos gusta,
es haciendo lo contrario, por eso no veo lógico que siendo aun una
sociedad capitalista, cuestionemos la forma de vida de otros países, sin
haber transformado con éxito la nuestra todavía. 

¿Qué
tiene de malo tener un buen carro, o una buena casa? El problema no son los
bienes que tengamos, siempre y cuando sean adquiridos sin pisar o explotar a
otro para ello. Así tal vez llegará el día en que tengamos el país que todos
queremos, donde nuestras acciones y nuestra realidad nos defiendan. 

Como
decía el Che Guevara “La mejor forma de decir las cosas, es haciéndolas”,
Quizás algún día, sean esos pueblos que hoy viven en países imperialistas
quienes copien nuestra forma de construir una nación con justicia y paz. Por ahora
no es así, por ahora… 

Vamos
a crecer juntos como lo que somos, un país plural lleno de singularidades,
diferencias, porque es imposible que todos pensemos igual, pero es posible que
para todos haya igualdad, de condiciones y oportunidades, no es justo que
quienes reclamen libertad de expresión, ofendan a mi hermano Florentino
por expresarse libremente, pensando que lo conocen solo por reconocerlo, un
carajo que trabaja desde los 11 años, honesto y de
un corazón inmensurable,  no comparto del todo sus
palabras, pero defiendo su derecho a decirlas, como decía Voltaire
uno de los creadores del iluminismo francés.

 Los
Venezolanos somos gente buena, noble, sino pregunten a los hermanos
inmigrantes Españoles, Portugueses, Italianos, Arabes, etc, quienes al pisar
nuestra tierra los recibimos de tal manera que hicieron de este país el
suyo propio. Porque en Venezuela somos más, los que queremos entendernos, son
pocos los que joden y sabotean (Lo que pasa es que joden mucho…)

Cuenten
entonces con mis manos y mi corazón, para construir y no lo contrario. Para
sembrar, no para arrancar la flor.

Mi
fé es terca, por eso sigo creyendo que un dedo es débil, pero cinco forman un
puño.

Servando
Primera




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