Cinco hombres que se encontraban detenidos en el comando de la Guardia Nacional Bolivariana ubicado en Macarao, frente al sector La Gran Parada, vía Las Adjuntas, murieron en horas de la madrugada del miércoles cuando intentaban escaparse, según se supo por fuentes extraoficiales.

En la morgue de Bello Monte dieron sus versiones los familiares de tres de ellos, identificados como Jorge Eliécer Castaño Fuentes (30), Jean Carlos Sánchez Bandres (37) y Nelson Antonio Adharsingh Velásquez (34).

Castaño era comerciante informal, padre de dos hijos, uno de 11 años y otro de 8. Tenía 2 años y 10 meses preso, se había declarado inocente del delito que le imputaban y les había manifestado a sus familiares que era víctima de maltratos y violaciones a sus derechos humanos.

En el comando de Macarao hay solamente dos calabozos que son insuficientes para la cantidad de personas detenidas y muchos hombres viven en unas escaleras.

La última vez que lo visitaron manifestó que tenía más de una semana sin bañarse, pasaba días sin comer y pidió que denunciaran la situación. Castaño estuvo detenido en un establecimiento de la GNB en Sabana Grande, de donde había intentado fugarse porque lo mantenían en un sótano, sin recibir luz solar, y lo trasladaron a Macarao.

A sus familiares les notificaron que le dispararon cuando trataba de evadirse, resultó herido y fue llevado al hospital Miguel Pérez Carreño, donde falleció.

Sánchez Bandres era escolta personal, tenía un año y tres meses allí recluido, padre de seis hijos (tres adultos y tres menores), vivía en Las Brisas de ProPatria, kilómetro 2 de la vía hacia El Junquito, y sus familiares se enteraron de lo ocurrido porque una vecina les avisó.

Fue detenido en una alcabala de la Guardia Nacional, acusado de utilizar una falsa acreditación policial. Su familiar dijo que trabajó como escolta particular de un alto funcionario gubernamental y por eso tenía un arma de fuego asignada. Luego le hicieron otra acusación por robo y le pidieron que pagara 3 mil dólares para dejarlo en libertad, pero no tenía el dinero.

Le llevaban comida diariamente y su madre lo visitaba todos los domingos, a pesar de que a veces le permitían solamente cinco minutos para verse, ó lo hacían a través de una reja.

A Nelson Adharsingh lo detuvieron hace seis meses en la parada de los jeepses del barrio El Onoto, Caricuao, acusado de cometer un robo. Su pariente dijo que se lo llevaron porque tenía una tarjeta de débito que no le pertenecía, pero era de su madre, quien goza de la pensión de Hogares de la Patria.
Le devolvieron la tarjeta a mi mamá y después lo acusaron de robar un teléfono, dijo su hermana.

Ella lo visitó hace una semana, le pidió que le llevara una sábana porque tenía que dormir en el piso, tenía sarna, llevaba ocho días sin bañarse y tenía la ropa hedionda.

Los familiares no habían visto los cuerpos, pero les comentaron que tenían tiros en el rostro.

Una versión indica que más de 16 hombres protagonizaron la fuga, pero los demás lograron el objetivo.

Vecinos de la zona dijeron que escucharon los tiros, provenientes del comando de La Gran Parada, pero a los evadidos los mataron en el sector Santa Fe y en La Majada, vía hacia Las Adjuntas.

Un pariente señaló que el martes hubo traslado, y el miércoles a las 4:00 de la madrugada, cuando hacían el siguiente traslado, les dijeron a los presos “váyanse”. Cuando corrían les dispararon.




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