Es una situación dramática. Durante 2020 murieron al menos 208 reclusos en centros de detención preventiva (CDP) o calabozos policiales ubicados en 19 estados del país, de acuerdo al informe anual publicado recientemente por Una Ventada a la Libertad, ONG enfocada en la defensa de los derechos de la población carcelaria.
A la crisis humanitaria compleja en el país se le sumó la pandemia de COVID-19 y las condiciones caóticas del sistema de salud se agudizaron. Ante ese panorama, la principal causa de muerte el año pasado fueron las enfermedades, con un total de 143 decesos que representan un 68,75 % del total. Además, 15 detenidos murieron en riñas, cinco en motines y tres por otras causas.
Las cinco enfermedades que causaron el 87 % de las muertes en los CDP fueron la tuberculosis, con 86 casos; la desnutrición, con 13 defunciones; problemas respiratorios, con 12 muertes; problemas cardiacos, con ocho fallecidos; y tuberculosis y desnutrición juntas, con cinco casos. Los datos hablan de que en realidad hubo 91 casos de tuberculosis al sumar los cinco que también presentaron desnutrición. La tuberculosis es la verdadera pandemia en los CDP.
En segundo lugar están las muertes por fugas. La ONG contabilizó 42, que equivalente al 20,19 % del total. Estas muertes están básicamente relacionadas al proceso de recaptura que los funcionarios siempre refieren como enfrentamiento. De acuerdo con los registros de UVL, murió solo el 17, 28 % del número de fugados, lo que significa que la mayoría logró permanecer en libertad, aunque su vida esté permanentemente en riesgo.
El monitoreo de UVL reveló, además, que el año pasado en Carabobo la tuberculosis, el hambre, la desnutrición y otras circunstancias acabaron con la vida de al menos 73 privados de libertad, quienes se encontraban recluidos en CDP de los diferentes organismos policiales del estado y en Complejo Penitenciario Carabobo, también conocido como Penal de Tocuyito.
La sobrevivencia en los calabozos policiales, que se convirtieron en las nuevas cárceles del siglo XXI, depende de los familiares de la población reclusa, quienes, pese a las limitantes de la cuarentena, a la escasez de combustible y a la falta de dinero en efectivo para movilizarse en transporte público, hicieron peripecias para llevarles alimento a sus privados de libertad.
El número de CDP con problemas de hacinamiento aumentó de 207 a 221 para el final del año, llegando al 80,95 % de los 273 calabozos cubiertos por el monitoreo en 19 estados del país.
Para finales de año, según cifras extraoficiales confirmadas por UVL, en estos espacios estaban detenidos 22 mil 469 hombres (92,78 %) y mil 749 mujeres (7,22%) detenidas, para un total de 24 mil 218 detenidos, cuando el cupo total disponible en los CDP era de siete mil 457.
“En estos espacios se siguen acumulando hombres, mujeres e incluso adolescentes, muchos de los cuales han cumplido años a la espera de un cupo de traslado a un centro penitenciario y, algunos, hasta cumplen el tiempo de su sentencia en los CDP”, expone el informe.
Para la organización, el uso y abuso de estos calabozos como cárceles de larga estadía es una violación de cada una de las personas detenidas que se encuentran en los mismos. En más del 60 % de las muertes que se registraron en estos retenes policiales se debieron a enfermedades prevenibles y tratables. El único que puede solucionar el caos que cada vez más está llevando a la muerte a venezolanos en estos centros de detención preventiva es el Estado Venezolano.
Los datos del informe anual de la situación de los centros de detención preventiva en Venezuela se obtuvieron con el monitoreo constante (reflejado en alertas y boletines temáticos bimensuales) de 21 investigadores que están en terreno en 19 estados del país: Amazonas, Apure, Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Distrito Capital y Área Metropolitana de Caracas, Falcón, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Portuguesa, Sucre, Táchira, Vargas y Zulia. El estado Miranda está dividido en tres sectores, debido a la cantidad de CDP ubicados en esa región: Valles del Tuy, eje Guarenas – Guatire y Altos Mirandinos.
