Artesanos en Valencia recurren al trueque como método de supervivencia
Édgar Santana, artesano, indicó que las ventas han caído 90% (Foto Rosimar Sánchez)

Desde hace cuatro meses cuando inició la cuarentena por COVID-19 en el país, Édgar Santana ha tenido que ingeniárselas para sobrevivir con su oficio de artesano. Las ventas han disminuido considerablemente, pero su preocupación por llevar el pan a la mesa crece cada día.

Ante la dificultad de adquirir materia prima a precios dolarizados y la caída de las ventas en 90%, el trueque se convirtió en un mecanismo de sobrevivencia para Santana. 

Entrega una pulsera o anillo a cambio de un paquete de harina, arroz o cualquier producto de las cesta básica. “A mí me ha tocado dar una pulsera que vale 300 mil bolívares, por un paquete de arroz que cuesta 180 mil bolívares. Todo para subsistir, para poder comer”.

La falta de dinero en efectivo es otro de los problemas que enfrentan los artesanos. Santana comentó que a pesar de que fabrica piezas que van desde 30 mil bolívares en adelante, estas no tienen rotación porque las personas no cuentan con el efectivo para cancelar. “La gente no está comprando artesanía. Cuando no recibo efectivo, tengo que pagar el pasaje de 10 mil bolívares con una pulsera que vale 30 mil bolívares”.

Desde hace un año, Santana, quien también es técnico en ensamblaje de torres de alta tensión, decidió dedicarse a confeccionar pulseras, tobilleras, carteras, morrales, botas y anillos, desde una acera frente al centro comercial Camoruco, de la avenida Bolívar de Valencia. 

Édgar Santana, artesano (Foto Rosimar Sánchez)

Tras el cierre de la empresa en la que trabajaba, cambió las botas de seguridad por una tabla, cuero y martillo, con la esperanza de mejorar sus ingresos. “Al principio me iba bien, pero últimamente paso hasta más de una semana sin vender nada”. 

“No nos toman en cuenta”

Unos metros más adelante estaba Rafael Yépez con su puesto de artesanía. Su situación es parecida a la de Santana, pasa el día confeccionando piezas que no sabe si se van a vender. “Las ventas han bajado casi 80% y uno lo que hace es sobrevivir”.

El artesano intercambia un anillo valorado en 200 mil bolívares o una pulsera de 100 mil bolívares, por un producto alimenticio. “No es la idea, porque así uno está regalando el trabajo”.

Rafael Yépez, trabaja como artesano frente al CC Camoruco de Valencia (Foto Rosimar Sánchez)

Yépez afirma que la artesanía es un arte donde se utiliza la imaginación, paciencia y destreza, por lo que deben ser considerados como artistas, no como buhoneros. “Aquí lo que hace falta es cultura y apoyo”.

En este planteamiento está de acuerdo Joslen León, quien denunció que durante la contingencia por la pandemia, el gremio de artesanos no ha recibido apoyo de las autoridades. “No hemos sido tomados en cuenta en ninguna institución cultural, ni regional, cuando nosotros somos patrimonio del estado”.

Joslen León, artesano (Foto Rosimar Sánchez)

Desde el casco histórico de Valencia, indicó que como pueden, luchan para mantenerse en el oficio.

Mencionó que cada día son menos los artesanos, porque ni siquiera tienen efectivo para pagar el pasaje de autobús que les permita llegar hasta los puestos de trabajo. “Aquí sobrevivimos como podemos, si la gente no tiene un dólar para comprar, recurrimos al trueque”.




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