El cadáver de José Roberto Quiñones, agricultor, de 83 años, fue hallado en estado de descomposición y amarrado con cables, en su pequeña parcela ubicada en el sector Petaquirito, de Carayaca, estado Vargas (La Guaira).
Quiñones vivía solo, sus hijos mantenían poca comunicación con el debido a la dificultad telefónica por la mala cobertura que hay en esa zona al oeste del litoral y  para poder hablar por teléfono debía trasladarse a otra zona.
La última vez que conversó con uno de sus hijos fue en diciembre. Quiñones tenía 9 hijos. Sembraba frutas y verduras.
El cadáver fue localizado el sábado a las 10 de la mañana, ya que los vecinos percibieron un olor nauseabundo que emanaba de la finca de Quiñones, entraron por la parte posterior de la casa, constataron el hecho y dieron aviso a las autoridades.
Inmediatamente las sospechas recayeron sobre tres jovenes que Quiñones había hospedado en su propiedad, ya que conocía a uno de ellos y le pidieron trabajo.
Presumen que el agricultor fue asesinado el jueves, dos días después de haber contratado a los muchachos para que lo ayudaran en la parcela porque decían que no tenían nada qué comer.
Lo asfixiaron y se apoderaron de objetos del octogenario.
Comisiones mixtas del Cicpc y PoliVargas iniciaron las investigaciones e identificaron a los tres implicados. Está detenido un adolescente de 17 años, apodado «el negro» y buscan a sus cómplices, conocidos como «monstruo» y «danger».



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