Sáshenka Gutierrez - EFE

La caravana «Viacrucis de migrantes» reanudó hoy su marcha hacia el punto final de su recorrido, la Ciudad de México, después de tres días en el céntrico estado de Puebla.

Desde las 6:30 de la mañana hora local, comenzó la movilización de los más de mil migrantes que se alojaban en el albergue de la ciudad de Puebla, capital del estado homónimo.

Recibieron café y pan para desayunar por parte de los voluntarios en la parroquia y poco a poco fueron saliendo de lo que por tres días consideraron su hogar.

Cargando bolsas con ropa que recibieron de donaciones y mochilas con sus pocas pertenencias, se fueron concentrando en el parque en espera de los autobuses que los llevarían a la Ciudad de México.

Miembros de la organización Pueblo sin Fronteras (PSF), impulsora de esta movilización que se celebra anualmente desde 2010, fueron dividiendo a los migrantes en grupos de unas 40 personas para agilizar la salida.

En total 20 autobuses partieron en caravana a la Ciudad de México. Gina Garibo, coordinadora de PSF, señaló que se dirigen a la Casa del Peregrino en la Ciudad de México.

Hoy se reunirán con altos mandos del Instituto Nacional de Migración y visitarán la Basílica de Guadalupe para agradecer a la llamada virgen morena su apoyo durante el recorrido.

Desde el pasado 25 de marzo unos mil 200 migrantes, en su mayoría hondureños, emprendieron un viaje por México con la idea de llegar a Estados Unidos. Partieron de la ciudad de Tapachula, muy próxima a la frontera de Guatemala, un punto donde la migración centroamericana es frecuente.

La participación suele rondar los 300 migrantes, sin embargo, este año las condiciones políticas de los países de origen han hecho que el número de asistentes se elevara.

El 80 % de los integrantes del viacrucis son originarios de Honduras, que huyen de su país por el incremento de la violencia, mientras que el 20 % restante pertenecen a Guatemala y El Salvador.

Viajan en condición de refugiados en busca de una vida mejor en México o en Estados Unidos.

Hay madres con niños, jóvenes y hombres cuyo propósito es trabajar para poder mandar dinero a sus familias. Otros viajan con el anhelo de cumplir el sueño americano, pues México tampoco les garantiza la seguridad que ellos buscan.

Tras su paso por el estado de Chiapas y Oaxaca, los migrantes llegaron a la ciudad de Puebla. Por tres días recibieron atención sanitaria, comida, alojamiento y asesoramiento legal.

La población se volcó con los migrantes y mostró su lado solidario con la entrega de ropa y despensas.

En los módulos de atención sanitaria, los médicos reportaron que los migrantes se encontraban en general bien de salud. Deshidratación, gastroenteritis y ampollas en los pies de tanto caminar son algunos de los síntomas que han estado atendiendo durante estos días.

Un equipo de abogados procedente de México y Estados Unidos ha brindado de manera gratuita apoyo a los migrantes para que conozcan sus derechos y los pasos a seguir para tramitar sus visas en México o pedir asilo en Estados Unidos.

A pesar de lo referido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la caravana nunca se detuvo, aunque sí modificó su ruta.

Desde la organización decidieron ponerle fin en la capital mexicana en lugar de llegar hasta la frontera sur de Estados Unidos, por el elevado número de niños que participan este año en el recorrido.




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