Foto AFP
En agosto de 1854, los vecinos de la calle Broad de Londres comenzaron a morir de forma repentina. Después de varios días con vómitos y diarrea sin parar, se deshidrataban y debilitaban hasta que fallecían. No había razón aparente, y los científicos atribuyeron sus muertes al miasma, el flujo de partículas malignas en el aire.


Pero esta hipótesis no convencía a John Snow, quien había sido médico de la reina Victoria. En las calles cercanas no había tantos muertos. Y respiraban el mismo aire. Algo más debía pasar, pensó. Así que fue a investigar. Visitó las casas de los pacientes y las marcó todas en un mapa, encuestó a todos los familiares. Descubrió que tenían algo en común: el agua que consumían llegaba de la misma fuente.

Presentó su análisis ante las autoridades municipales y recomendó eliminar la bomba de agua que surtía la zona. Disminuyeron los casos. Sin microscopios, John Snow demostró que el agua podía transmitir cólera. La bacteria que causa la enfermedad fue descubierta 29 años después.

Snow publicó sus hallazgos, pero fue ignorado por sus colegas. Murió cuatro años después. Su nombre resurgió en 1930, cuando su estudio fue republicado por Wade Hampton Frost, el primer profesor de Epidemiología de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos.

Hospital de emergencia instalado en Camp Funston, Kansas, Estados Unidos, durante la pandemia de gripe española en 1918. Fotografía del Museo Nacional de Salud y Medicina de EEUU | Wikimedia Commons

¿Cuáles han sido las epidemias más graves del siglo XXI?

En noviembre de 2002, los doctores de la provincia de Guangdong, en China, comenzaron a recibir casos de neumonías atípicas. Los pacientes tenían fiebre, dolor de cabeza y les fallaba la respiración. Algunos tenían tos seca. Casi todos desarrollaron neumonía. La enfermedad era causada por un nuevo virus de la familia de los coronavirus, lo llamaron SARS-CoV. Se cree que se originó en un mercado de la provincia.
El SARS se transmitía por las secreciones nasales o gotas de saliva al mantener contacto cercano con personas infectadas. Las autoridades chinas no revelaron los primeros casos al resto del mundo.

El brote llegó hasta Beijing, después a Vietnam. En solo tres meses había 300 casos. Un trabajador de Guangdong llegó a Hong Kong sin saber que tenía el virus. Fue un super spreader, contagió a 16 huéspedes del hotel y volvieron infectados a sus países. En marzo de 2003, la OMS declaró emergencia global por la enfermedad. Se implementaron controles en aeropuertos, los países con personas infectadas ordenaron cuarentena obligatoria para los pacientes y las personas con las que tuvieron contacto. El distanciamiento social se implementó en los países donde la epidemia ya estaba extendida.

El SARS se extendió a 30 países. Las medidas de contención funcionaron en la mayoría. Sólo seis tuvieron propagación comunitaria. La OMS confirmó 8.439 personas con la enfermedad, 812 de ellas murieron. El personal de salud representó 20% de los contagiados. En junio del mismo año, 7 meses después de los primeros casos, Taiwán reportó el último paciente por transmisión comunitaria. Pasaron 20 días sin reportes de casos nuevos en el mundo. La amenaza del SARS desapareció por el momento.


El 5 de julio de 2003, la OMS declaró oficialmente contenido el brote del SARS. Ese día, hace 17 años, la entonces directora de la organización, Gro Harlem Brundtland, alertó:

“Hoy no estamos viendo el fin del SARS, pero observamos un hito importante al contener el brote global (…) Fue una advertencia. El SARS llevó al extremo a los sistemas de salud pública más avanzados del mundo. Sus sistemas de protección aguantaron, pero por poco. La próxima vez podríamos no ser tan afortunados. El SARS nos dejó lecciones que debemos trasladar a la acción. Podríamos tener poco tiempo, y tenemos que usarlo sabiamente”.

El SARS fue el primer brote epidémico del siglo XXI que la OMS consideró una amenaza global. El más reciente ha sido la enfermedad COVID-19, también surgida en China y provocada por un virus de origen animal tan similar al SARS que fue nombrado SARS-CoV-2.

La OMS considera que 12 epidemias y pandemias han sido amenazas graves en los últimos 21 años. Cada uno de estos brotes epidémicos fueron considerados amenazas debido a su gravedad, a veces determinada por la letalidad de la enfermedad, a veces por su propagación, y a veces por ambas variables.

Dos de esas epidemias se convirtieron en pandemias: la influenza A H1N1 en 2009 y la enfermedad COVID-19 en 2020. No son tan letales como el ébola, cuyo último brote provocó la muerte del 50% de los contagiados, pero ambas enfermedades respiratorias se propagaron por casi todo el mundo hasta más de 200 países y territorios.

¿Cómo terminan las pandemias?

Este es un extracto del trabajo realizado por Luisa Salomón, en el marco del proyecto de Prodavinci y el Pulitzer Center, denominado  ¿Cómo terminan las pandemias?, y difundido por una red de medios regionales, entre ellos El Carabobeño.

La investigación periodística aporte datos interesantes. «No todos los tratamientos curan las enfermedades, pero pueden controlar sus síntomas, hacerlas menos contagiosas y menos letales».

El trabajo remonta a  la epidemia de la viruela y otras que han destacado en el mundo. «Desde los estudios de Daniel Bernoulli sobre la viruela, los métodos matemáticos y estadísticos han evolucionado para estudiar el comportamiento de epidemias. Los cálculos permiten estimar el alcance de un brote epidémico y definir las políticas necesarias para contenerlo».

Espacio importante tiene el caso Venezuela: «Por ejemplo, en 1961 Venezuela se convirtió en el primer país del mundo en eliminar la malaria después de una campaña liderada por el doctor Arnoldo Gabaldón. Casi 60 años después de ese logro, las fallas en el sistema de vigilancia epidemiológica y la falta de prevención ocasionaron que Venezuela sea el país con más transmisión de malaria en América«.

La gravedad de una enfermedad se suele medir por la cantidad de muertes que causa. Los indicadores más comunes para medir las muertes son la tasa de letalidad y la tasa de mortalidad,otro dato importante enmarcado en la investigación periodística.

https://epidemias.prodavinci.com/




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