Por una nueva falla en el sistema eléctrico, un apagón dejó a oscuras hasta por dos horas a 13 estados del país, luego de constantes fluctuaciones de energía el lunes 6 de julio a las 8:30 p. m. Cuatro minutos más tarde, ocurrió otra breve interrupción. Estos sucesos significaron para la población otro sobresalto en la ensombrecida calidad de vida, plagada de racionamientos; para los especialistas fue otra señal inequívoca de que crece la inestabilidad de la compleja red. Aunque alumbre, tiene cada vez más cables sueltos.

Cada vez que ocurre una falla se ocasiona una desconexión de equipos del sistema y disminuye la capacidad del sistema  interconectado, advierten con preocupación especialistas en el tema eléctrico, según el portal cronica.uno

En lo que va de 2020, se han reportado más 10.300 cortes no programados en todo el territorio nacional, según la asociación de víctimas de apagones. El riesgo de ocurrencia tiende a aumentar con más intensidad y frecuencia, si no se trabaja en la búsqueda de una solución definitiva.

Sin servicio eléctrico

La noche del 6 de julio, 1900 MW quedaron fuera de servicio, luego del desperfecto registrado en la red de transporte de energía. Esta permite transmitirla a lo largo y ancho del país, una vez que la generan las centrales eléctricas. Venezuela dispone de entre 65 a 70 unidades de generación, de 300 instaladas en el país. Y hoy al parecer se tienen menos.

Aguilar indica que 48 horas después de la oscurana de esos dos días, no se había recuperado la carga.

No se atreve a predecir si el servicio empeoró o si está a punto de otro largo megapagón, luego de los dos eventos, debido a la opacidad de la información oficial. Considera que poder tener luz en Venezuela “es un círculo vicioso” sin parar: las maniobras de Corpoelec para mantener la electricidad, ante la falta de inversión correcta, están causando más daños y ocasionan inevitablemente más debilidad en toda la red interconectada.

Y hay que romper ese ciclo ya, dice. Usted puede poner a Superman a tratar de arreglar el problema, pero mientras permanezcan todos esos vicios y deficiencias, nada logrará; esta situación es como la criptonita que pone cuesta arriba la recuperación del sistema eléctrico nacional.

Un sistema, dos versiones opuestas

Una “alta tensión en dos subestaciones (Sur y Santa Teresa)”, ubicadas en Los Valles del Tuy, estado Miranda, ocasionó constantes fluctuaciones y la interrupción eléctrica, según Corpoelec. El organismo ha atribuido a ambas subestaciones apagones ocurridos en años anteriores. En 2017, el organismo explicó que el apagón que afectó a varias zonas de Caracas, Vargas y Miranda, el 19 de diciembre, se debió a que de la subestación Sur OMZ “se desprendió un cable de entre 5 y 6 metros que une la planta de generación con las torres de transmisión”.

Sin embargo, como en aquella oportunidad, la versión oficial no convence a los expertos.

Incógnita eléctrica

Explica que hay dos líneas de 765 KW entre las subestaciones La Arenosa y Yaracuy. Una  estaba en capacidad de absorber toda la carga dejada por la otra, pero no lo hizo, dejando en la oscurana la vasta región.

Cuatro minutos más tarde, se reportó otra falla en una sección del Compensador Estático, un dispositivo esencial para controlar las tensiones, en la subestación San Gerónimo B (existe otro en La Horqueta). Otros eventos ocurrieron entre las 9:00 p. m. y 10:00 p. m., por las dos primeras averías. Esto evidenció que hay limitada maniobrabilidad en el sistema de transmisión, dice el ingeniero.

Aguilar afirma que en la secuencia de eventos que ha analizado, los problemas en la subestación en Santa Teresa y la Sur OMZ, suceden casi una hora después del evento. “Esto puede haber ocurrido, pero esa no es la explicación del origen que desencadenó todo el evento”.

Más racionamiento, más energía

Si las fallas en el sistema fueron reparadas, habrá menos probabilidades de que sean recurrentes, pero lo que ocurrió los días 6 y 8 de julio “es la consecuencia de una operación irresponsable”, asegura.

Lee el trabajo completo en cronica.uno




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.