Alta afluencia de personas en las calles, paradas de autobuses repletas, vendedores ambulantes con el tapabocas en el cuello, aglomeraciones en tiendas y escaso distanciamiento social es lo que se vive en la avenida Lara de Valencia, donde la cuarentena por COVID-19 quedó en el olvido.
Sandra Rojana está parada en una calle de la transitada avenida, con sus manos sostiene dos ganchos de ropa en los que están guindados los pares de media que vende. “A la orden”, grita de un lado a otro mientras el tapabocas de protección solo le tapa la mandíbula, dejando al descubierto su boca y nariz.
La comerciante sabe que para evitar contagios por COVID-19 debe adoptar al menos dos medidas de higiene, como el uso correcto del tapabocas y lavado frecuente de manos con agua y con jabón recomendado por la Organización Mundial de la Salud, pero confiesa que es difícil cumplirlas. “El tapabocas me asfixia con el sol y en mi casa en Trapichito, solo llega el agua una vez a la semana. Estoy a la buena de Dios”.
En la tienda de ropa de Andrea Martínez el distanciamiento social quedó en el pasado. Es un local pequeño ubicado en la avenida Lara, donde tampoco exigen el uso obligatorio del tapabocas. “Para cuidarme yo solo aplico la medida del tapabocas pero no del todo porque me da calor y se me olvida”.
Entre las medidas de protección básicas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evitar contagios destaca el lavado frecuente de manos con agua y jabón, mantener distanciamiento social por un metro, cubrirse con el codo al toser o estornudar y evitar tocarse ojos, nariz y boca.
Pero en el centro de la capital carabobeña no todos cumplen con las medidas de higiene y esa es una situación que le preocupa a una ama de casa que prefirió reservar su nombre.
Pese a que han transcurrido casi tres meses del inicio de la cuarentena, la señora siente temor de enfermarse cada vez que sale a la calle y contagiar a su nieta recién nacida y tres niños pequeños, por eso cumple con todas las orientaciones para prevenir la COVID-19. “A mí me da miedo salir a las calles pero, ¿si no salgo yo, quién? Debo salir a comprar lo esencial”.
Miriam Martínez vive en Naguanagua y asegura que no se detiene a pesar de la pandemia. Todos los días en las mañanas sale a caminar y aprovecha para hacer las compras del mercado.
Aseguró que al llegar a casa deja los zapatos afuera, se lava las manos y desinfecta los productos. “Es una manera de sentirme segura”.
Cuarentena se cumple a medias
Fue hace 11 semanas cuando se emitió el primer decreto de estado de alarma en el país por COVID-19, desde entonces se vive en una cuarentena que en algunos sectores de la Gran Valencia pareciera no existir.
Ronald Valdivez está sentado en la plaza Rafael Urdaneta de Naguanagua. No tiene tapabocas y no siente miedo. A su juicio, el confinamiento que se vive en el estado es por la escasez de gasolina y no por la pandemia. “La gente que se pone el tapabocas es porque piensa que lo van a meter preso pero el verdadero problema aquí es que no hay gasolina”.
Durante un recorrido por sectores de Naguanagua y Valencia se observó que aunque la mayoría de las personas porta el tapabocas, el distanciamiento social no se respeta.
Este miércoles 27 de mayo se registraron 34 nuevos casos de COVID-19 en el país para un total de 1.245, informó el vicepresidente para Comunicación, Jorge Rodríguez.
Lee también: Se registran 34 nuevos casos de COVID-19 para un total de 1.245 en Venezuela
