Hasta pronto, se titula el editorial que publicó la casa editora del diario Panorama del estado Zulia, para despedirse de sus lectores. La edición especial de despedida también incluye puntos de vistas de trabajadores de esta empresa y de lectores en general, sobre el hecho de que el diario ya no seguirá circulando por falta de papel.

Se atribuye el hecho a la hiperinflación que golpea a todo el país, el impedimento para adquirir divisas y también a los recurrentes apagones.

A continuación parte del editorial.

Lo intentamos de todas las formas posibles. Hicimos todo cuanto estuvo a nuestro alcance para continuar con la maravillosa tarea de informarles veraz y oportunamente. Haciéndolo con honestidad y responsabilidad.
Tratamos de   prorrogar  hasta lo casi inhumanamente posible la existencia de nuestro papel. Pero, pese a tanto esfuerzo, hoy, con el corazón arrugado, tenemos que presentarles nuestra última edición impresa. A partir de ahora seguimos haciendo más y mejor periodismo para ustedes solo desde todas nuestras plataformas digitales.

Es necesario decir que antes de llegar aquí hemos batallado en la búsqueda de divisas para los insumos necesarios (todos importados: planchas, tinta y el costosísimo papel). También hemos soportado el  terrible  peso  de la crisis económica que sacude el país y que según calcula el FMI finalizará el año con una hiperinflación del 10.000.000%. Con la  consecuente caída de la pauta publicitaria ante una realidad innegable de comercios cerrados, o sin productos que ofertar (cifras oficiales de Fedecámaras en la entidad estiman que el 75% se encuentra  en estado crítico),  sin contar con los constantes aumentos salariales que solo han servido como combustible a la inflación y que se han decretado sin tomar en cuenta la capacidad de la empresa privada para hacerle frente.
Hemos vivido un largo y  constante reemplazo de los talentos humanos que se marchan en busca de mejores opciones de vida. Y los que se han quedado  hacen milagros para poder llegar a sus puestos de labor, pues no hay transporte público digno para hacerlo o no cuentan con agua en sus hogares para salir a trabajar.
Una vez acá, deben enfrentarse a la odisea de cazar noticias en las desoladas calles de una ciudad deprimida y lo hacen, a su vez, con  una extenuada flota de vehículos que cada día languidece en colas infinitas para surtirse de gasolina, o a la espera de repuestos que nunca aparecen.
Tuvimos que  sacrificar muchas  horas de cierre y segundas ediciones para no ser víctimas recurrentes de los “cortes eléctricos”.  Pero estos  se hicieron tan  frecuentes  y  tan prolongados que  redujeron  drásticamente la vida útil de la planta adquirida, según requerimientos legales para funcionar solo en las horas de alto consumo …  En fin, este arsenal de problemas nos obliga a informarles que hoy circula el último PANORAMA de papel y tinta….

Apreciados lectores  y  anunciantes, nuestro inventario de papel, luego de administrarlo con sabios criterios, tras sacrificar, primero productos editoriales, luego cuerpos y secciones completas, posteriormente paginaje y finalmente tiraje, expira hoy, y con él nuestras posibilidades de seguir imprimiendo historia.
Los proveedores internacionales cortaron hace años la línea de crédito para Venezuela por el riesgo de no recibir el pago.
Las bobinas de papel resultan incomprables en las actuales circunstancias. El  Complejo Editorial Alfredo Maneiro (Ceam),  cuya misión es proveer de insumos a los medios, no cuenta con bobinas que se ajusten a nuestra rotativa (respuesta que solo obtuvimos hace unas semanas luego de sucesivos intentos que comenzaron hace más de cuatro años).
De esta forma, la información se convierte en otra víctima de la crisis nacional que ya abarca todos los  órdenes. Una economía reventada con una insospechada sequía de divisas, un caos político inmanejable, una sociedad fragmentada que huye a diario a  países vecinos en una diáspora inédita.
Crisis que como tantas veces hemos repetido se acentuó  por la  ausencia de medidas efectivas para corregirla, junto a la falta de voluntad y coraje político para asumirlas. En un país, ahora,  acorralado por sanciones internacionales que complican aún más su escenario. Todo eso refleja la escasa preocupación, de quienes han debido diseñar  soluciones, por la  calidad de vida de los venezolanos.
Es también una prueba del menosprecio al verdadero valor de la comunicación y su papel como formador de conciencias, de registro histórico y memoria colectiva al servicio a la sociedad.
La libertad de expresión no es solo retórica moldeable a conveniencia… es un deber que todo Estado está en la obligación de  garantizar como norma insoslayable de convivencia y progreso.
Esta es, sin duda, la noticia más difícil de todas cuanto nos ha tocado anunciar. ¡No es fácil despedirse de una audiencia tan leal y consecuente. No es fácil hacer a un lado 104 años de historia periodística para decirles adiós! No es fácil detener a esa  rotativa que incansablemente imprimió ejemplares llenos de noticias con las “últimas de hoy”…

Casi 36 mil ediciones (35.548 para ser exactos, impresas a través de 104 años) conforman la enciclopedia de nuestra historia. En cada noticia, en cada reportaje, en cada titular, hubo siempre el empeño de defender a  las comunidades, de unificar a la gran familia venezolana, de impulsar al Zulia, la tierra que nos vio nacer.

PANORAMA fue testigo de primera fila de las grandes alegrías de los venezolanos y particularmente de los zulianos.

Ahora, cuando la peor crisis económica que recuerde nuestra historia como nación se come los sueños de su gente, los ahorros de su pueblo, la esperanza de los jóvenes, los esfuerzos de generaciones enteras y la fe de sus empresarios, pasamos a engrosar la terrible estadística que advierte el  cierre de no menos de 60 medios impresos en todo su territorio.

Esta Casa Editorial entrega su última edición impresa con la cabeza en alto. Con la satisfacción del deber cumplido, pues ha acompañado al Zulia y todos los venezolanos en sus éxitos y en sus reclamos, en sus sueños y en sus derechos, en sus metas y en sus logros, en sus buenas y en sus malas.

Hemos sido la voz de las comunidades y de los cultores, de las estrellas y de los anónimos, de los queridos y de los odiados. Hemos sido plurales y constantes en la práctica de un periodismo responsable y fiel a los tiempos y a las circunstancias.

Sin embargo, no nos rendimos. Seguiremos nuestra labor desde la trinchera digital, www.panorama.com.ve , nuestras cuentas en twitter(@diariopanorama) y facebook (diariopanorama) e instagram (@diariopanorama), haciendo lo que mejor sabemos hacer: informarles, porque nosotros creemos en Venezuela, en su potencial como nación, en su energía como pueblo.

La edición impresa de PANORAMA dice adiós reiterando su llamado al entendimiento nacional, insistiendo, como a lo largo de su centenaria vida editorial hizo, en convocar a todos los hijos de esta tierra a trabajar por fortalecer aquello que nos une como nación y soslayar lo que nos divide. Seamos del tamaño de la historia que nos precede.

Tenemos el deber de reconstruir esta nación del cataclismo al que la hemos llevado con la  intolerancia, el dogmatismo y el abuso de poder. Que el civismo y esa vocación pacífica que exhibimos ante cada prueba histórica nos guíe para salir de este atolladero y para reencontrarnos como hermanos.

Y sin duda que todo ello pasa por respetar el deseo de las mayorías.  Por alcanzar un acuerdo nacional para oír la voz de los venezolanos en las urnas y por consensuar un ambiente de confianza mutua para que la salida democrática, pacífica y constitucional a que todos aspiramos y que tan claramente se han expresado en iniciativas mediadoras como las del Grupo de Contacto,  que cuenta con el visto bueno de la Unión Europea, el respaldo de México, Uruguay, el Grupo de Lima, China, Rusia, y  el propio EE UU.  Esa salida no es otra más que la realización de unas elecciones libres y creíbles. Que respeten las reglas del juego y que permitan la participación de todas las fuerzas políticas que hacen vida en el país. Sin el desconocimiento y segregación de ninguna de ellas.
Con un nuevo CNE, lo que a todas luces resulta imprescindible. Con acompañamiento internacional, tras un reajuste del Registro Electoral  que permita que los venezolanos expulsados por la crisis- y que ya la ONU cifra en unos cuatro millones-  puedan participar. Su voz,  con todas  las penurias que enfrentan fuera de la patria, tiene que ser escuchada y validada mediante su voto.
Todo esto le  daría  una oportunidad a este agotado país que no soporta más tantos desacuerdos y odios mutuos. A una nación hastiada de este pandemónium  político que ha arrastrado a Venezuela y a los venezolanos al borde de un enfrentamiento civil.

Son muchas las primicias que nos quedaron pendientes. ¡Hasta pronto, Maracaibo de nuestros desvelos. Nos veremos nuevamente  Zulia de nuestro orgullo. Cuenta siempre con nosotros, Venezuela nuestra!

 

 

Con información de Panorama




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