(Foto AFP)

En la gala por su 90 cumpleaños el pasado 13 de agosto, Fidel Castro apareció en un sillón del teatro Karl Marx con su hermano Raúl sentado a la derecha. A la izquierda, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Una imagen elocuente sobre la estrecha alianza entre la revolución cubana, con Fidel y Raúl Castro, y la revolución bolivariana, con Hugo Chávez y Maduro.

«Fue como su despedida», dijo este sábado a Telesur el presidente venezolano, al recordar que, siguiendo «el ejemplo» de Chavéz, visitaba a Fidel cada dos meses para recibir orientaciones. Planeaba verlo a comienzos de diciembre.

Maduro destacó la «profunda amistad» de Castro con Chávez, su hijo político fallecido en marzo de 2013 de cáncer.

Ambos «fundaron una época», afirmó el mandatario socialista, al establecer un paralelo entre dos revoluciones según él «acosadas por el imperio».

«Para decir Fidel, hay que decir Hugo Chávez» -28 años menor que el líder cubano-, subrayó.

Entre las señales de pesar de gobierno, Maduro decretó tres días de duelo para «honrar la memoria y el legado eterno» de Castro, informó la Cancillería en un comunicado.

El gobernante sufre la pérdida del artífice de lo que llegó a ser la relación más estrecha de Cuba en América Latina, en momentos en que confronta malestar popular por la grave crisis económica del país petrolero.

Maduro, quien asumió el poder un mes después del fallecimiento de su mentor Chávez, aún en las malas no ha dejado de atender a Cuba, lo que sus opositores le critican por el entorno de crisis.

Oxígeno en barriles de petróleo

Con los precios del petróleo por las nubes durante gran parte de los 14 años que gobernó, Chávez construyó alianzas, desafiando la hegemonía de Estados Unidos, y puso a Venezuela en el corazón de la geopolítica regional con lo que sus críticos llamaron la «petrodiplomacia».

Con Chávez y Castro al frente surgieron los bloques Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Petrocaribe, en el marco de los cuales Venezuela vende petróleo en condiciones de pago preferenciales.

Casi asfixiada por el largo periodo de penurias en que cayó en la década de 1990 tras el derrumbe soviético, la isla recibió de Venezuela oxígeno en barriles de petróleo: entre 100.000 y 120.000 diarios, en su mejor momento.

Pero hoy le envía de 60.000 a 80.000, según estimaciones extraoficiales. Su profunda recesión ha contribuido a la desaceleración de la economía cubana, inmersa en un lenta apertura desde hace una década.

«La principal amenaza a la estabilidad de Cuba está en el frente económico (…) como resultado del colapso potencial de la economía venezolana», afirmó a AFP el analista Diego Moya-Ocampos, de la consultora de análisis IHS Markit, con sede en Londres.

Según Moya-Ocampos, la «exportación de servicios profesionales (médicos, educadores), mayoritariamente a Venezuela, sigue siendo la principal fuente de ingreso de Cuba por encima del turismo y las remesas».

Sin embargo, desde los primeros síntomas de la crisis venezolana -reflejada en una severa escasez de alimentos y medicinas y la inflación más alta del mundo-, Raúl Castro, quien relevó a su hermano hace diez años, empezó a diversificar las alianzas económicas.

Además, el turismo se ha disparado tras la reconciliación con Estados Unidos, iniciada a finales de 2014, y la isla ha regularizado las cuentas con la mayoría de sus acreedores.

Una relación filial

La cercana relación entre Cuba y Venezuela se empezó a forjar en el aeropuerto José Martí, el 13 de diciembre de 1994, cuando el mismo Fidel acudió a recibir por primera vez a Chávez, tras su fallido golpe de Estado en 1992.

En una conferencia en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, Chávez relató que en los dos años que estuvo preso por esa intentona leía proclamas de Fidel, particularmente «La historia me absolverá».

Cinco años después, Castro acudió a la posesión del venezolano. «Fidel es para mí un padre, un compañero, un maestro de estrategia perfecta», declaró Chávez en 2005.

Desde entonces la lealtad fue incondicional. Durante el golpe de estado del 11 de abril de 2002, que sacó a Chávez del poder durante tres días, Fidel Castro fue clave.

Tras ser informado de lo ocurrido por una hija de Chávez, Castro habló por teléfono con varios jefes militares que ayudaron a restituir al líder venezolano.

En el peor momento de su enfermedad, Fidel recibía sólo la visita de Chávez, quien viajaba con frecuencia a La Habana y daba los partes médicos. Más tarde, el presidente venezolano siguió frecuentando Cuba pero esta vez para atender su cáncer.

Muchas veces la prueba de vida de ambos fueron las fotos en que aparecían juntos y que ocuparon portadas en los periódicos del mundo.




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