El Gobierno colombiano desistió de la cuestionada compra de aviones para renovar la flota de cazas de la Fuerza Aérea porque no se concretó la negociación con las dos firmas que habían sido preseleccionadas, informó este lunes el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
El jefe de la cartera de Defensa explicó a periodistas que a finales del año pasado hubo una preselección de las propuestas y que allí estaban los aviones de combate Rafale, de fabricación francesa, y los Gripen suecos para reemplazar la flota de aviones Kfir israelíes, pero los plazos legales se vencieron.
"Había que afinar condiciones que ellos planteaban en las propuestas. Hubo, efectivamente, las reuniones, esas de prenegociación con las dos empresas y no se logró concretar (la negociación)", puntualizó Velásquez.
Según el ministro, el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), organismo asesor del Ejecutivo que había aprobado el presupuesto para comprar las aeronaves y debía concretarse en 2022, pero eso no se logró.
"Aquí hay un tema que parece discutible en cuanto a la vigencia del Conpes, si con este mismo de abril de 2022 es posible continuar en un año diferente, o si fuera necesario otro Conpes. Ese es un asunto que inicialmente tenemos que definir", dijo Velásquez.
Al respecto, el presidente colombiano, Gustavo Petro, aclaró luego que se trató de un Conpes firmado en el Gobierno de su antecesor, Iván Duque.
"Para claridad de la opinión pública el Conpes del que habla el ministro de Defensa para la compra de aviones por casi 650 millones de dólares fue firmado por el anterior Gobierno. Ha perdido su fuerza legal este 31 de diciembre", escribió Petro en su cuenta de Twitter.
Compra criticada
El Gobierno colombiano dijo el pasado 21 de diciembre que estudiaba tres ofertas para la renovación de la flota de aviones caza de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) y que se inclinaba por la adquisición de 16 Rafale franceses.
También estaban en la mesa las propuesta de los aviones F-16 de fabricación estadounidense y los Gripen suecos, pero la que más sonaba entonces para el Gobierno era la de los caza franceses porque "es la mejor opción para el país en relación precio, eficiencia y operatividad", según explicó en ese momento el Ministerio de Defensa.
El anuncio de la compra de los aviones de combate fue duramente criticado por distintos sectores que recordaron que el hoy presidente Gustavo Petro criticaba la adquisición de esos aparatos cuando estaba en campaña electoral y porque además se estaría gastando en equipos militares dinero de la reforma tributaria.
Petro se defendió diciendo que no "no se gastará un solo peso de la reforma tributaria ni de la inversión social en aviones de combate".
La flota actual, compuesta por aviones Kfir, tiene más de 42 años de uso (con más de 30 años de operación en Colombia), por lo que "su operación y mantenimiento es costosa y puede ser riesgosa", además de ser uno de los pocos países que sigue usando esas aeronaves, lo que dificulta la consecución de repuestos, explicó en su momento el Ministerio de Defensa. EFE