La comunidad de Las Marías, en la Vivienda Rural de Bárbula, vive entre aguas negras y basura. Eglis Guerrero, tiene su casa en el sector. Asegura que el desbordamiento tiene más de seis años.
Conocer con exactitud el tiempo desde que la problemática comenzó le es difícil para su memoria. Son tantos años en esta situación que no logra calcular el tiempo. Se me olvido, dice.
En múltiples ocasiones lo denunciaron, pero la comunidad se cansó de hacer las diligencias y no ser atendidos. Simplemente desistieron y se acostumbraron a vivir entre olores pestilentes. “No quedó de otra” precisó Guerrero.
Las tuberías están colapsadas. La mayoría de las comunidades padecen la misma problemática. La población creció y los sistemas de aguas servidas no soportan tantos desechos.
Susmerly Castellano, vecina de la comunidad perteneciente a la Vivienda Rural de Bárbula, en Naguanagua, detalló que hace unos años la Hidrológica del Centro (Hidrocentro) realizó trabajos de drenajes en Las Marías.
Sin éxito, a los pocos meses volvió a colapsar.
Desde entonces ningún organismo se ha abocado a solucionar la problemática. Pero las aguas negras no es lo único que padecen los habitantes de sector. La basura es constante. Los camiones deberían pasar dos veces por semana, pero en ocasiones tardan hasta un mes sin recolectar los desechos, comentó Eglis Guerrero.
El colegio Batalla de Bomboná ha realizado protestas para que limpien los alrededores del plantel. Las actividades educativas se ven interrumpidas por los malos olores de las aguas negras a lo que se le suma los desechos, declaró Guerrero.
Las enfermedades son comunes, los niños son los principales afectados. La comunidad desea que sus peticiones sean escuchadas y los tomen en cuenta para solucionarles esta problemática.