Aunque Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo, 2019 marcó el quinto año consecutivo de profunda recesión por su economía. Situación que la condujo a una de sus mayores crisis alimentaria. Tanto, que se ubica entre los cuatro países de América Latina y del Caribe, que la padece, de acuerdo con una evaluación de la organización Seguridad Alimentaria de Emergencias del PMA.

Además, de Venezuela, la antecede Yemen con 15,9 millones de personas o 53% de su población, República Democrática del Congo con 15,6 millones de personas o 27% de su población, y Afganistán con 11,3 millones de personas o 37 % la población.

Y es que en 2019, 18.5 millones de personas en estos países estaban en crisis alimentaria, que representa el 14 por ciento de la población mundial.

La mitad de estas personas estaban en Venezuela.

Según esta Ong, cerca de 9.3 millones de venezolanos padecieron inseguridad alimentaria aguda y necesitan asistencia. Esta evaluación fue realizada entre julio y septiembre del año pasado. Y de estos, 2,4 millones, fueron considerados con inseguridad alimentaria severa y siete millones inseguridad alimentaria moderada hasta febrero de 2020.

Otro grupo, conformado por millón 200 mil migrantes venezolanos tenía una inseguridad alimentaria aguda en Colombia y Ecuador.

Golpes económicos

De acuerdo a esta investigación, los choques económicos constituyeron el principal impulsor de la inseguridad alimentaria.

El incremento de los precios de los alimentos, en más de ocho mil ciento en 2019, eliminó el poder adquisitivo de los venezolanos, según datos del Banco Central de Venezuela en 2019.

El alto costo de los insumos de la agricultura y la escasez, también inciden en la depreciación de la moneda. En consecuencia, la dependencia de alimentos importados aumentó, con la disminución de los ingresos de divisas. Por lo que la escasez de alimentos se hizo cada vez más apremiante.

Venezuela sin estadísticas oficiales

Desde el 2017, no existen datos oficiales de desnutrición en Venezuela. UNICEF recopiló datos sobre el estado nutricional de 100 mil niños menores de 5 años y embarazadas y lactantes mujeres en 16 estados en 2019. Encontró que por seis por ciento de niños dentro de este grupo fueron desperdiciados, considerados un GAM “medio” prevalencia.

También, que la desintegración de los servicios afecta desproporcionadamente a la mayoría vulnerable, incluyendo poblaciones indígenas, niños menores de 5 años, mujeres embarazadas y lactantes, adolescentes, aquellos con enfermedades crónicas y no transmisibles enfermedades y ancianos.

En abril de 2019, el salario mínimo se estimó en 7 dólares mensuales y solo cubría el 4.7 por ciento de la canasta básica de alimentos.

Una evaluación concluida en diciembre 2019 descubrió que una familia promedio requería un mínimo de 55 salarios diarios para cubrir el costo de una canasta básica mensual de alimentos (CENDA, diciembre de 2019). El impacto de la crisis económica ha sido magnificado por el colapso del público del país infraestructura y servicios.

Más de un tercio de los encuestados (37 por ciento) dijeron que habían experimentado una pérdida total de ingresos, como perder su único trabajo o perder su negocio y la mitad (51 por ciento) había sufrido una pérdida parcial, como una reducción salarios o la pérdida de uno de dos trabajos. Los resultados mostraron que 18 por ciento de los hogares dependía de la asistencia del gobierno y sistemas de protección social.

Migrantes venezolanos en la región

La crisis venezolana ha provocado el mayor movimiento de migración masiva en la región, y es el segundo país del mundo después de los refugiados sirios.

Escasez de alimentos, precios altos de alimentos, falta del trabajo, la inseguridad y la violencia han impulsado un estimado 4.8 millones o 15 por ciento de la población venezolana ha abandonar sus hogares y medios de vida para migrar desde el estallido de la crisis.

La mayoría se ha quedado en América Latina y el Caribe (3.9 millones), con más del 40 por ciento o 1.6 millones Venezolanos en Colombia.

En Colombia, aproximadamente 891 mil (el 55 por ciento de la población migrante analizada), sufren severa o moderadamente inseguridad alimentaria y necesidad de asistencia alimentaria. De ellos, alrededor de 345 mil (21 por ciento) padecían inseguridad alimentaria grave y 546 mil padecían inseguridad alimentaria moderada (34 por ciento).

En Ecuador, cerca de 292 mil 600 migrantes venezolanos (76 por ciento de la población analizada) presentan severamente o moderadamente inseguridad alimentaria y necesita asistencia alimentaria.

Factores que conducen a la inseguridad alimentaria

Las condiciones de vida proporciona un indicador de vulnerabilidad económica. Uno en tres migrantes venezolanos en Colombia vivían en alojamientos inaceptables, refugios informales o en la calle y casi la mitad (45 por ciento) vivió en condiciones de hacinamiento. La mayoría tuvo que usar emergencia estrategias de afrontamiento, como la mendicidad, para satisfacer su comida básica necesidades.

En Ecuador, el 37 por ciento de los migrantes venezolanos vivían en pobreza. Alrededor del 29 por ciento vivía en lugares muy concurridos condiciones, y el 41 por ciento estaban sin hogar.

Más de la mitad (55 por ciento) no pudo ganar suficiente dinero para cubrir sus necesidades básicas.

Resumen de nutrición

La desnutrición y la inseguridad alimentaria es motivo de especial preocupación en zonas rurales y áreas remotas. La mayoría de los migrantes venezolanos en Colombia dependían mucho de los alimentos básicos clave, que se consumían más frecuentemente que alimentos nutritivos y diversificados como lácteos, verduras y frutas.

También, el acceso a agua segura y gestión de residuos sólidos es un desafío. Cuatro de cada 10 migrantes no tenían acceso a agua potable en su alojamiento.

Aunque Colombia ha aumentado la cobertura de atención médica para migrantes venezolanos desde 2018, reseña el informe Seguridad Alimentaria de Emergencias del PMA que el 58 por ciento de los migrantes evaluados no tenían acceso a servicios médicos, y el 28 por ciento de los niños migrantes necesitaban servicios básicos y vacunas.

Además, que 27 mil migrantes venezolanos en Ecuador necesitaba apoyo nutricional. Casi la mitad (45 por ciento) de los niños venezolanos con anemia, uno de cada cinco (20 por ciento) desnutrición crónica y dos por ciento desnutrición aguda.

Uno de cada tres niños menores de 2 años años no fueron amamantados. Alrededor del 40 por ciento de las embarazadas o lactante mujer venezolana migrante no recibió cuidado prenatal.




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