Indígenas
Foto cortesía Correo del Caroní.

Laura Clisánchez/Correo del Caroní

Tres indígenas,dos de ellos menores de edad,resultaron heridos luego de que funcionarios de la Armada Bolivariana les dispararan durante la confiscación de una embarcación cargada de chatarra en el puerto de Palúa, en Ciudad Guayana. El hecho ocurrió a las 11:30 de la mañana de este jueves según reportaron habitantes del sector indígena warao de Cambalache.

Relataron que durante la confiscación de la lancha, una segunda curiara -esta vez con pasajeros- se dirigió hasta la nave de la Armada para impedir que se llevaran el cargamento de metal. Fue entonces cuando los militares hicieron disparos de advertencia para evitar que los indígenas se acercaran.

Los disparos chocaron contra la curiara de metal, rebotaron, e hirieron a tres indígenas en piernas, tobillos, brazos, manos y costado derecho. De acuerdo con el parte oficial del Cuerpo de Bomberos de la UNEG los lesionados son Juan Carlos Valenzuela, de 24 años; Darilina Jiménez, de 13 años, y Greisder Acosta, de 12 años. Allegados identifican a una cuarta persona herida que no figura en el parte, Cruz María Nay, de 17 de años.

No fue sino hasta las 2:00 de la tarde que los heridos fueron trasladados al Hospital Uyapar. Acosta, a quien le dispararon en el costado derecho, fue ingresado al área de cirugía, mientras que sus compañeros al área de trauma.

Extraoficialmente trascendió que la ambulancia convocada no acudió al sitio a tiempo por falta de combustible. La Armada no prestó apoyo para el traslado de los menores de edad.

“Estábamos desesperados, nadie acudía… Con el susto pensamos que los muchachos se iban a desangrar aquí”, expresó un miembro de la comunidad que prestó primeros auxilios.

A las 4:00 de la tarde, tres de los heridos fueron trasladados de regreso a la comunidad indígena para ser atendidos de forma ambulatoria. Acosta continúa hospitalizado. “A los demás los trajimos porque en el hospital no había nada, entonces llamamos a médicos y enfermeras conocidos que los están atendiendo aquí”, informó bajo anonimato otro habitante del sector.

Una de las principales fuentes de ingreso de los waraos desplazados del Delta del Orinoco que viven entre Cambalache y Cañaveral es la recolección -y contrabando- de chatarra, para revender por kilogramos o toneladas.

Con las ganancias compran artículos de primera necesidad a los que no tienen acceso en sus asentamientos originales. Son el último eslabón de un negocio ilegal que crece a orillas del río Orinoco y que los expone a condiciones laborales precarias y a la violencia estatal.

Correo del Caroní contactó a funcionarios de la Armada Bolivariana pero no obtuvo respuesta.

Información de Correo del Caroní




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