La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) dejó este lunes en suspenso el diálogo entre gobierno y la oposición hasta que sean invitados los organismos internacionales de derechos humanos.
La sesión plenaria del diálogo prevista para el martes quedó en suspenso luego que los obispos pidieron al gobierno enviar urgentemente invitación a los organismos internacionales de derechos humanos, según un acuerdo contraído el viernes pasado. "Cuando el gobierno nos envíe copia de esas invitaciones y los organismos internacionales nos transmitan su recepción se convocará a la reanudación de las mesas de trabajo y a la sesión plenaria del diálogo", precisa la comunicación.
El incumplimiento de este acuerdo obligó este lunes a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia a abandonar las mesas sectoriales donde se iba a discutir los temas electoral, justicia, de verificación y seguridad.
Los jerarcas llamaron al Ejecutivo a enviar la invitación oficial y formal al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y a la Unión Europea a instaurarse en el país, señaló el comunicado.
También estimaron de vital importancia solicitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)que envié urgentemente asesores técnicos para los trabajos de la Comisión de Verificación y Seguridad.
Esta entidad creada por el diálogo será la encargada de investigar los crímenes ocurridos durante las protestas, que en dos meses suman 180 muertos y más de mil heridos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Esta medida aprobada el pasado viernes en la sesión del diálogo contribuirá a abonar indudablemente, a que se comience a trabajar en la estabilidad social de Nicaragua, expusieron los obispos.
El gobierno, tras el fracaso de las comisiones de trabajo, emitió una declaración en la que se desmarcó de la represión contra las protestas y expresó su gravísima preocupación por la trágica escalada de violencia que sufre el pueblo nicaragüense.
Desde el Ejecutivo se asegura que propusieron a la oposición trabajar para alcanzar acuerdos verificables de seguridad, paz y reconciliación en los municipios y departamentos de Nicaragua.
El obispo Auxiliar de Managua, Silvio Báez, en un tuit afirmó que la decisión de continuar o abortar el diálogo está en manos de (el presidente Daniel) Ortega.