Países americanos abordan el desafío migratorio como un problema compartido
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Ministros de varios países americanos se reunieron este miércoles en Bogotá para abordar «el desafío migratorio» como un problema compartido que deben solucionar juntos y con la urgencia de desacelerar el flujo de personas que huyen de países como Haití o Venezuela.

La Conferencia Ministerial sobre Migración estuvo liderada por la vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, y en ella participaron el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y ministros de países como Ecuador, Perú, Panamá, México, Guatemala El Salvador y República Dominicana, afectados por las diferentes crisis que vive el hemisferio.

«El desafío migratorio que enfrentamos en el hemisferio no es el problema de un solo país, es un problema compartido y no lo puede solucionar un solo país, lo debemos solucionar juntos. Este es el espíritu que nos reúne hoy y espero que esta sea la base del trabajo que realicemos juntos», dijo Blinken en la inauguración de la reunión.

El secretario de Estado explicó que el hecho de que la migración no fluya «en una sola dirección o por un solo motivo» es algo complejo porque desafía la «capacidad colectiva» de la región para responder a este reto.

«El gran desafío de la migración supone también a gran escala una respuesta multidimensional, multinivel, multisectorial», afirmó por su parte la canciller colombiana.

Según Ramírez, hay que encontrar un balance entre «soluciones que entiendan la coyuntura y nos permitan avanzar en el corto plazo» y otras de largo plazo que puedan responder a «esas fallas sistémicas en la gobernanza, en el desarrollo, la falta de oportunidades, la falta de una presencia mucho más efectiva del Estado en los territorios».

Problemas de corto plazo

Tanto Blinken como el presidente colombiano, Iván Duque, coincidieron en que se deben dar «pasos específicos inmediatos» con efectos rápidos para desacelerar el flujo y hacer que la migración sea «más segura, ordenada y humana».

«Tenemos que hacer muchas cosas inmediatamente, como fortalecer la vigilancia fronteriza, por ejemplo, exigiendo visas y controlando de forma meticulosa la entrada (a los países)», señaló el jefe de la diplomacia estadounidense.

En esa línea, el presidente Duque, cuyo país es el mayor receptor de migrantes venezolanos con 1,8 millones, hizo tres propuestas que, considera, ayudarán a atender el problema.

La primera de ellas, explicó, es que solicitó a las agencias internacionales de cooperación realizar un censo para saber cuántos migrantes hay en los países americanos, pues «sin información precisa no tendremos políticas públicas precisas».

La segunda es que a partir de ese censo se tomen decisiones sobre el tipo de visados que se otorgarán a los migrantes, ya sean permanentes o temporales, y para lo cual debe haber «una gran cooperación» entre los países que los acogen.

«Colombia ofrece toda la disposición para compartir nuestra propia experiencia en el desarrollo de las políticas públicas y el propio estatus de protección temporal para que pueda ser conocido por otros países que enfrentan un fenómeno similar de migración venezolana porque eso nos permitiría a todos coordinar», añadió.

Colombia ha implementado medidas solidarias, como el Estatuto Temporal de Protección, para brindar a los migrantes venezolanos condiciones de vida dignas, acceso transparente a las instituciones estatales e integrarlos a la economía y al mercado laboral.

Lucha contra el narcotráfico

Antes de que se inaugurara la Conferencia, Blinken y Duque se reunieron para abordar temas como el narcotráfico, en el que el secretario de Estado de EE.UU. reconoció que para luchar contra ese problema hay que abordar las raíces del problema, como la inequidad o «reducir la demanda en EE.UU. que es la que está alimentando toda la actividad ilícita».

«Nos vamos a enfocar a atacar las raíces del narcotráfico y otros retos como la inequidad, la corrupción, la impunidad (…) y eso significa invertir en la prevención y la recuperación de quienes están luchando contra la adicción», aseguró el líder de la diplomacia estadounidense.

En ese sentido, y en un discurso muy distinto al habitual de otros oficiales estadounidenses que están más enfocados en la erradicación de cultivos, Blinken abogó por «invertir en los jóvenes para que no sucumban a las tentaciones de la droga y formar a jueces y fiscales al igual que tener leyes que impidan que la corrupción mine la confianza de los ciudadanos».

Igualmente hizo énfasis en la «responsabilidad» y la «rendición de cuentas» de los Gobiernos sobre los abusos y violaciones de derechos humanos tanto en el conflicto armado como en la respuesta a las protestas vividas en Colombia entre mayo y junio de este año, por las que la Policía ha sido acusada de un uso desmedido de la fuerza. EFE




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