A los que se saltan el confinamiento impuesto por el coronavirus, no lleven mascarillas y salvoconductos para poder transitar de una localidad a otra se les somete a duros castigos corporales como golpes con palos y bates, trabajos forzados como barrer calles y recoger basura, incluyendo 40 flexiones en el pavimento.
Los militares más creativos obligan a los civiles infractores a portar en público un cartel en la espalda diciendo “por no llevar tapabocas hago servicio comunitario” mientras hacen labores de limpieza en la calzada como ocurrió en el municipio Torbes, San Jocesito del Táchira, que terminó grabado en un vídeo, según publicó en Twitter el periodista Obeysser Prada.
#Tachira Cómo delincuentes tratan a quienes no usen tapabocas en sitios públicos. Es la medida que implementa las “autoridades” en el Mcpio Torbes, San Josecito.
Mientras, los presos protegidos por Iris Varela gozan de las bondades en revolución. #29Julio pic.twitter.com/EUWHCASuXP— Obeysser Prada T (@ObeysserPrada) July 29, 2020
Reporta la web del diario español ABC que el Gobierno de Nicolás Maduro ha sometido a toda clase de castigos represivos y escarnios públicos a los venezolanos, bien a los que transgreden las normas de la cuarentena rígida y flexible a la vez o a los emigrantes que retornan llamándolos “armas biológicas” o “bioterroristas”.
Contenido sensible | Presuntos colectivos o funcionarios de civil, golpean y torturan a ciudadanos por presuntamente incumplir medidas de cuarentena en Caracas, #Venezuela. La impunidad favorece abusos crueles de esta naturaleza. #22Jul pic.twitter.com/8LZd3MQNC5
— PROVEA (@_Provea) July 22, 2020
Trabajos forzados como cuando Gómez
A los venezolanos sólo les falta que les pongan un grillete en los tobillos para inmovilizarlos como lo hacía con los presos la dictadura de Juan Vicente Gómez hace un siglo. Esta vez, en medio de un año duro de cuarentena autoritaria con castigos fuertes de palos y bates.
Maduro selecciona y discrimina a los que han roto el confinamiento. Por un lado, se ha mostrado implacable con los jóvenes denunciados por celebrar fiestas, y no con los hijos de altos cargos y enchufados influyentes que resultan tratados con guantes de seda aunque propaguen el COVID-19 por igual.
Con información de ABC (España).