El papa Francisco ha pedido ayudar a los pobres y necesitados, y ha criticado a quienes «gastan alegremente» cuando otros se tienen que conformar con mirar «desde afuera mientras su vida pasa y se acaba miserablemente».
Así lo afirma Jorge Bergoglio en su tercera exhortación apostólica titulada «Gaudete et Exsultate» («Alegraos y regocijaos») que publicó hoy el Vaticano y en la que aborda la «santidad en el mundo contemporáneo», sus «riesgos, desafíos y oportunidades».
«No podemos plantearnos un ideal de santidad que ignore la injusticia de este mundo, donde unos festejan, gastan alegremente y reducen su vida a las novedades del consumo, al mismo tiempo que otros solo miran desde afuera mientras su vida pasa y se acaba miserablemente», dice.
En el documento, el papa también criticó «la alegría consumista e individualista tan presente en algunas experiencias culturales de hoy» y subraya que «el consumismo solo empacha el corazón; puede brindar placeres ocasionales y pasajeros, pero no gozo».
Además, avisa de que «el consumismo hedonista puede» jugar «una mala pasada» y valora que «el consumo de información superficial y las formas de comunicación rápida y virtual pueden ser un factor de atontamiento que se lleva todo nuestro tiempo y nos aleja de la carne sufriente de los hermanos».
«Todo se llena de palabras, de disfrutes epidérmicos y de ruidos con una velocidad siempre mayor. Allí no reina la alegría sino la insatisfacción de quien no sabe para qué vive», dice Francisco.
Y agrega que los recursos de distracción «que invaden la vida actual» conducen a dar una importancia absoluta a «el tiempo libre, en el cual podemos utilizar sin límites esos dispositivos que nos brindan entretenimiento o placeres efímeros».