Tras la elección, el único estado que no contaba con todas las actas de votación totalizadas fue Barinas, esto, en contra del procedimiento mediante el cual deberían estar en manos de representantes del Consejo Nacional Electoral (CNE) para su totalización.
Luego del 21-N pasó casi una semana sin que se supiera por qué las tres actas del municipio Arismendi de Barinas no estaban totalizadas, un hecho que sumado a la corta ventaja entre Freddy Superlano, candidato de la MUD, y Argenis Chávez, candidato del Gran Polo Patriótico, impidió por más de cinco días conocer al ganador.
Fue tras ese período que finalmente uno de los rectores del CNE, Enrique Márquez, confirmó lo que era un secreto a voces: las actas no estaban perdidas, sino que se encontraban en manos de funcionarios militares de la FANB, pertenecientes al Plan República que se habían negado a entregarlas. Finalmente una orden del Poder Electoral logró que las actas llegaran a Caracas para ser contadas el lunes 29 de noviembre. Ese día, antes de la proclamación, llegaron las dos sentencias que de facto anularon la victoria de Superlano en el estado llanero.
Para José Antonio Rivas Leone, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas de la Universidad de Los Andes, no es sorprendente la actitud que tomó la FANB de entorpecer un proceso como el de la elección de Barinas y beneficiar a Nicolás Maduro ya que a su juicio estas dos entidades forman una especie de binomio en el que ambas se necesitan.
Sencillamente es un matrimonio o binomio. Maduro necesita de la FANB y esta de él para sobrevivir. Las Fuerzas Armadas en Venezuela tienen apellido, se autodefinen chavistas maduristas sirviendo a una parcialidad política olvidando que deben servir a la nación y resguardar el territorio y la soberanía que es lo que menos han hecho en estos años”, señaló para Crónica.Uno.
Rivas Leone destacó sobre todas las cosas las paradojas expuestas tanto por el gobierno de Maduro como por la FANB en torno a la elección de Barinas, señaló que el primero mientras ha tratado de vender la idea de “soberanía popular”, no dudó en desconocer la voluntad popular del pueblo de Barinas, mientras que la segunda controla y manipula tradicionalmente el acto electoral, uno que describe como “civil y democrático” y por ende, ajeno al mundo militar.
“El caso Barinas es ilustrativo de un país donde no hay autonomía de sus poderes públicos, si tuviésemos una real autonomía e independencia de los poderes públicos jamás ocurriría el desconocimiento a la voluntad popular que sencillamente se expresó en contra de la dinastía Chávez. Es decir, el chavismo fue derrotado en su cuna o terruño después de 23 años de hegemonía. FANB es uno de otros tantos actores responsable por lo ocurrido”, afirmó.
Quizás una de las expresiones más obvias del sentir de la FANB se evidenció el pasado 10 de diciembre, cuando el ministro de la defensa de Nicolás Maduro, Vladimir Padrino López, posiblemente la figura militar de mayor impacto en el país, emitió un discurso en honor al aniversario de la Batalla de Santa Inés, que se centró en amenazas contra lo que calificó de “la anti patria” y en el que alertó a los rivales del chavismo que “la FANB tiene armas para defender la Revolución Bolivariana”.
Para Rivas Leone, lejos de ser sorprendentes estas declaraciones, fueron algo esperado, y señaló que se trata de un funcionario que, hasta cierto punto, “es la expresión de una FANB politizada, ideologizada y desnaturalizada en sus genuinas funciones de otra época”.
El académico agregó: “Padrino López no puede declarar algo distinto. Ese es su discurso y ritornelo. Por cierto, es el único ministro en toda nuestra historia militar que lleva 6 años en el cargo, modificando la tradición, los lapsos de permanencia, ascensos, jubilaciones y relevo generacional por las nuevas promociones de generales. En estos años de revolución se han gastado astronómicas cifras y recursos que superan los presupuestos destinados a hospitales, a las universidades y otros”.
Barinas no es un hecho aislado, es síntoma del problema
Luis Buttó, doctor en Historia de la Universidad Simón Bolívar, coordinador del posgrado en Ciencias Políticas y director del Centro Latinoamericano de Estudios de Seguridad, comentó que lo ocurrido en Barinas no puede verse de forma coyuntural o como algo aislado, sino que más bien debe entenderse como un problema estructural que se generó desde el año 2000 con la garantía constitucional que permite a los funcionarios de la FANB participar en la vida política de la República.
Lo que ocurrió recientemente en Barinas se ve con una perspectiva coyuntural y esa perspectiva es equivocada porque debe colocarse en un contexto mayor. Hay que entender que las elecciones son un proceso netamente civil y por eso no debe involucrarse una institución como la FANB que es una institución con una misión muy específica que es la integridad del territorio”, comentó Buttó.
De igual forma, señaló que la propia custodia de la FANB del proceso electoral marca una contradicción porque entonces se genera un evento en el que uno de los actores participantes es además el encargado de la seguridad y despliegue del mismo.
“En los 40 años de democracia tuvo sus problemas, pero ahora los va a tener más porque el sector militar tiene una intervención directa en la política que parte del principio institucional que es reconocer el voto de los militares. Ahí hay una contradicción porque quienes directamente participan en el proceso porque pueden ser electores, al mismo tiempo van a ser la institución que va a llevar a cabo la logística. Es una contradicción insalvable”, dijo.
Para Buttó, se trata de un “problema estructural” la manera en la que los militares se han ido involucrando en la sociedad en roles que deberían estar reservados para civiles, y la elección es uno de estos casos, pues defiende que toda votación debería ser organizada exclusivamente por el CNE sin el apoyo de las FANB.
Comentó que mientras los militares participen en ellas que por definición deben ser un acontecimiento “civil”, entonces “no se podrán mantener los estándares que se esperan de una manifestación de la soberanía popular”.
El doctor en Historia sentenció: “No puede entenderse la actuación del Plan República en el caso de Barinas, es una anomalía inaceptable en el proceso, un proceso que desde su comienzo debe estar administrado por el ente constitucionalmente encargado de la tarea, que es el CNE, hasta que no se reconozca que ningún otro organismo debe involucrarse en ese proceso, esa condición óptima que se espera de los procesos electorales no va a ser lograda con los niveles de satisfacción deseada”.