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Es un sacrificio diario. Los especialistas y residentes de las áreas de pediatría de la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (CHET) y el Hospital Universitario Ángel Larralde (HUAL), dos centros centinelas en Carabobo, deben turnarse los escudos faciales entre una guardia y otra, debido a la falta de dotación por parte de las autoridades sanitarias de equipos de protección personal (EPP) en medio de la pandemia de COVID-19.

Se conoció que en la CHET solo asignaron nueve escudos faciales para los 35 residentes que allí trabajan. Al finalizar cada guardia, el médico que está dejando el turno debe entregar el escudo para que su colega entrante lo use, a pesar de ser un implemento tan personal como un cepillo de dientes.

En el HUAL la dinámica es la misma. Solo garantizaron las pantalla protectoras al personal que rota en emergencia y cumple guardia hasta las 3:00 p.m. La mayoría son residentes, quienes también deben turnarse los escudos faciales. Los especialistas y el personal de enfermería de la Unidad de Hematoncología  Pediátrica Teresa Venegas, ubicada en el HUAL, quedaron excluidos.

Según Alejandra Álvarez, oncólogo pediatra de la CHET, los equipos de bioseguridad adquiridos por las autoridades sanitarias no son suficientes para cubrir a todo el personal de los dos hospitales más especializados no solo de Carabobo, sino de toda la región centro-occidental del país. En pleno ascenso de la cifra de casos positivos por COVID-19, esto deja vulnerables a los médicos que todavía dedican su vida a las instituciones públicas.

“Si los pocos médicos que están trabajando ahorita, porque es un trabajo casi ad honorem y por amor a la medicina, caen o mueren atendiendo a los pacientes, sería una tragedia. Nos quedaríamos sin personal especializado”, dijo la también presidenta de la Fundación de Ayuda al Niño con Cáncer en el estado Carabobo.

Solidaridad en acción

A pesar de que Fundanica se enfoca en la atención del paciente pediátrico oncológico y hematológico, ante la carencia de EPP en los centros de salud la ONG decidió priorizar también a los médicos, “porque la ausencia del personal implica que nuestros pacientes con cáncer no tengan atención de calidad en los hospitales”.

De inmediato, la directiva de la fundación puso manos a la obra. “Realmente no teníamos recursos para adquirir todo el equipo de protección para los médicos, pero comenzamos a hacer una campaña informativa para nuestros patrocinantes y las personas que siempre están ayudando a nuestros pacientes de corazón”, a quienes les plantearon la problemática. Y así el milagro ocurrió.

Sin que pasara demasiado tiempo, gracias a la solidaridad de algunas personas Fundanica consiguió los recursos para adquirir alrededor de 40 escudos faciales, mascarillas N95 marca 3M, mascarillas quirúrgicas, guantes de nitrilo y guantes descartables de todas las tallas, los cuales fueron asignados al personal de oncología pediátrica del HUAL.

La donación que se hizo a la CHET fue mayor, a fin de garantizar la protección del personal médico y de enfermería, porque es un hospital tipo 4 que cuenta con pediatras especialistas en nefrología, cardiología, endocrinología, gastroenterología, neumonología, entre otras. Fueron más de 100 escudos faciales, pero aun así, no fue suficiente. Una parte del personal de enfermería quedó sin ser cubierta.

“Humana y financieramente no podemos suplir la tarea que le corresponde al Estado de garantizar la protección y la salud de todo el personal que labora en los hospitales”, señaló Álavarez. Es por eso que la ONG continúa recogiendo fondos para adquirir otro lote de EPP. A través de sus redes sociales están disponibles los contactos y las coordenadas necesarias para quien quiera unirse a su causa.

El cáncer no descansa

El cáncer infantil no para. Los casos nuevos simplemente siguen apareciendo y los pacientes diagnosticados continúan complicándose por la evolución natural de la enfermedad, recordó la doctora. A eso se le suma el déficit de medicinas y de personal, porque solo hay tres oncólogos pediátricos en el estado, con ella incluida.

“Los pacientes siguen necesitando hospitalizaciones, a pesar de que las hemos disminuido. Siguen necesitando quimioterapia y todo lo que requiere alguien con cáncer”, aseveró Álvarez. “Si un especialista se llega a contagiar de COVID-19, afecta directamente a los pacientes oncológicos, porque sus casos son manejados por un equipo multidisciplinario”.

La vocera de Fundanica instó a las autoridades a que garanticen la dotación de EPP  a todo el equipo médico en Carabobo y el resto del país. “Ya son varias las organizaciones que han priorizado la atención al personal de salud porque saben lo vulnerables que son ante esta situación”.




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