Cuba enfrenta desde el viernes un gran apagón que ha dejado a prácticamente toda su población -unos 10 millones de personas- sin electricidad y, como consecuencia, muchos otros problemas derivados de la de energía, publica BBC News Mundo.
El viernes, la principal planta energética de la isla falló y toda la isla se quedó sin electricidad. El suministro se restableció parcialmente el sábado, antes de volver a colapsar.
En algunos barrios de La Habana, ciudad donde viven dos millones de personas, se restableció el suministro eléctrico, pero la mayor parte de la capital del país permaneció a oscuras.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, afirmó que el suministro eléctrico se restablecería para la mayoría este lunes por la noche. "El último cliente podría recibir el servicio el martes", dijo.
Mientras los cubanos esperan que llegue ese momento, ven cómo sus alimentos empiezan a pudrirse en sus neveras.
"No hemos tenido electricidad durante tres noches y nuestra comida se está pudriendo. Cuatro días sin electricidad es un abuso para los niños", dijo a la agencia Associated Press Mary Karla, una residente que tiene tres hijos y no quiso dar su apellido.
Sin electricidad tampoco funcionan las hornillas eléctricas, así que algunas familias están cocinando con leña. Se añade a la incomodidad de estar a oscuras el que en buena parte de las casas el suministro de agua depende de bombas eléctricas, así que tampoco hay cómo limpiar los utensilios o asearse.
Es una situación cada vez más crítica, con escuelas y negocios cerrados y temores por el funcionamiento continuo de los hospitales.
Y la crisis está generando protestas en las redes sociales y en la calle.
En varias zonas hubo cacerolazos y en algunos lugares la gente bloqueó las calles con montones de basura, como en San Miguel del Padrón, un barrio pobre en las afueras de la Habana.
Al corte de electricidad se suma ahora la tormenta Oscar, que tocó tierra en Cuba este domingo como huracán. Ahora, convertida en tormenta tropical, se teme que pueda dañar la precaria infraestructura de distribución energética de Cuba.
La falla general del viernes es solo uno más de los problemas de distribución de energía en un país donde la electricidad se ha restringido y racionado por regiones y horarios desde hace tiempo.
Este año, muchas viviendas en todo el país han pasado hasta ocho horas diarias sin electricidad.
Sin embargo, este apagón está considerado como el peor que ha sufrido Cuba desde que el huracán Ian azotó la isla como tormenta de categoría 3 en 2022 y dañó instalaciones eléctricas que el gobierno tardó días en reparar.
Las causas detrás de esto difieren según se escuche la versión de las autoridades cubanas o de personas críticas con el gobierno.
Infraestructura obsoleta y mayor demanda
El apagón total del viernes se produjo después de que la central eléctrica Antonio Guiteras, en Matanzas -la más grande de la isla-, quedara fuera de servicio alrededor de las 11:00 hora local.
La falla en la planta hizo que todo el sistema de la isla colapsara.
El presidente Miguel Díaz-Canel culpó al embargo que desde hace décadas Estados Unidos impone a la economía de la isla. El dirigente argumenta que impide la llegada a Cuba de suministros y piezas de repuesto necesarios.
El ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, se hizo eco más tarde de las palabras del presidente al publicar en X que "si se levanta el embargo, no habrá apagones. De esta manera el gobierno de Estados Unidos podría apoyar al pueblo cubano... si quisiera".
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