Foto Andrés Galindo

Cuando comenzaron a ponerse de moda los bombillos ahorradores, esos de luz blanca como se les dice popularmente, resultaron toda una novedad en el país. Pero ahora se han convertido en un verdadero dolor de cabeza, porque producto de la crisis, sustituirlos es casi una misión imposible.

Los precios de este tipo de bombillos oscilan entre 15 mil y 80 mil bolívares, dependiendo de la potencia, se consigue bombilla LED de distintos wattios.  Por eso es que en muchos hogares carabobeños no es extraño conseguir varias habitaciones completamente oscuras.

La curiosidad y la necesidad económica llevaron a Abel Aguilar a convertirse en parte de la solución de este problema, pues aprendió a reparar los bombillos ahorradores y ahora se gana la vida ejerciendo este nuevo oficio del cual sería creador en Venezuela.

¿Quién podía imaginarse que un bombillo se podía arreglar?. Por lo general cada vez que uno se quema, la gente simplemente lo desecha, pero esto ha cambiado por completo. Abel Aguilar no solo los repara, sino que los compra a quien haya decidido botarlos.

Foto Andrés Galindo

250 bolívares es el monto que ofrece por un ahorrador de los pequeños, y por los grandes paga hasta mil 500 bolívares. Sin embargo la mejor opción es mandarlos a arreglar, porque el interesado solo pagará unos tres mil 500 bolívares  y tendrá bombillo para rato. El ahorro en dinero se estima en 80 por ciento.

“Yo le recomiendo a la gente que no los bote, sino que los mande a reparar y así ganamos los dos”.

Aguilar también realiza la reconversión de bombillos led y recupera los sócates. Para los de lámparas también tiene solución, porque los adapta al sócate, de manera que se pueda seguir utilizando. Todo para que la gente no tenga que gastar tanto dinero, porque la cosa está dura.

Con los bombillos incandescentes, es decir los de luz amarilla, no hay nada que hacer porque no tienen reparación.

Abel Aguilar vive en Ciudad Plaza y su negocio de reparación lo tiene en el mercado libre municipal, en la intersección de las calles Cantaura y Escalona de La Candelaria.

Comenzó a trabajar a principios de este año en el mercado. Estima que a la fecha ha recuperado unos 500 bombillos porque el trabajo lo realiza hasta en 15 minutos. Dice estar asombrado con el aumento del precio de todos los insumos.

Citó por ejemplo que un rollo de estaño costaba a principios de año 200 bolívares y ahora está en 15 mil. La comadre de Abel Aguilar, Yasmin Forero, comenzó a aprender el oficio para ayudarlo y también ganarse su dinero.

 




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