Rusia reconoce a Venezuela como un aliado clave en el ámbito internacional debido a que a ambas naciones las unen principios de defensa del derecho internacional, del multilateralismo y su rechazo común a la injerencia en asuntos internos de países soberanos.
Así lo expresó el Gobierno de la Federación de Rusia a través de un comunicado publicado este sábado en el página web de su Cancillería, a propósito de la reunión que próximamente sostendrán los ministros de exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, y de Rusia, Serguéi Lavrov.
En la declaración, Rusia reafirma su apoyo a la política exterior independiente de Venezuela y destaca que ambos países están unidos por «los principios del multilateralismo, la primacía del derecho internacional, la no intervención en los asuntos internos de países soberanos, el rechazo de la aplicación extraterritorial de la legislación y la no aplicación de golpes de estado para cambiar gobiernos».
Moscú también resalta que ambos países trabajan de manera productiva en el sistema de los órganos de dirección de la Organización de Naciones Unidas y en otros formatos internacionales.
El Gobierno de Vladímir Putin destaca que «Venezuela tiene un papel significativo en los procesos de la integración latinoamericana, lo que constituye un hecho de importancia excepcional en el contexto de la presencia e influencia cada vez más creciente de esta región en la arena internacional».
«Es notable el interés vivo en el desarrollo de la cooperación con Caracas en el marco de las poderosas alianzas de los países latinoamericanos, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)», añade la declaración.
Rusia también valora la creciente cooperación económica, educativa y cultural que sostienen ambos países, y ratificó su compromiso de inversión en proyectos conjuntos en el área energética.
En este contexto, aboga por la paz y la estabilidad en Venezuela y rechaza cualquier intervención destructiva del exterior en los asuntos internos de la nación bolivariana.
